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Acunsa GBC
78
Valencia Basket
60
Finalizado

LIGA ENDESA | 26ª JORNADA

El Gipuzkoa saca los colores al Valencia y cree en el milagro

La pareja Radoncic-Okouo, con 56 de valoración entre ambos, destrozó a un rival sin ninguna gana por pelear. Ponsarnau puso en pista a Van Rossom cuando estaba todo perdido.

Okouo, feliz tras la victoria
Okouo, feliz tras la victoriaACB PHOTO

El 'efecto Carlson' sigue amenazando con revolucionar la parte baja de la clasificación en la ACB. No es que sea una estrella ni un jugador principal en el Gipuzkoa, pero desde su llegada, cuando todos daban por muerto al equipo donostiarra por la lesión de su jugador franquicia Echenique, los pupilos de Nicola han apretado los dientes y están lanzados hacia un horizonte de sueños y esperanza. Con él suman un saldo positivo: 4-3. Hasta metió ante el Valencia una canasta en el mismo sitio que aquella prodigiosa que aniquiló al Tenerife tiempo atrás. En este caso suponía el 67-52. 

El Acunsa se apoyó en la pareja interior Radoncic (31 de valoración)-Okouo (23 créditos), qué bonito y fácil es este juego cuando el cinco domina por dentro y el cuatro abre espacios y genera abierto, para humillar a un Valencia que parecía pasar del partido, como si estuviera más pendiente de la visita al colista europeo Khimki el próximo viernes, una cita clave en su lucha por entrar en el playoff de la Euroliga. Con Dubljevic descansando en casa y Van Rossom comiéndose las uñas durante más de tres cuartos, las señales que envió Ponsarnau también eran de que el esfuerzo había que concentrarlo para otra empresa. Los 60 puntos con que se fueron del recinto vecino con Anoeta son el peor bagaje desde el 4 de noviembre de 2018. Hace ya mucho de eso, 167 partidos nada menos. 

Y eso que el Valencia llegó a Illunbe con 13 victorias en los últimos 14 partidos, con la única derrota de Andorra. Su idea es rondar la cuarta plaza y tener ventaja de pista en el primer playoff, pero con el batacazo de hoy hasta ven amenazada la quinta. La falta de actitud en muchas fases del encuentro no tiene justificación. Estaban en esa nube a la que escalaron tras avasallar al Fenerbahçe y pensaban que ya habría tiempo para poner en su sitio al enemigo. Despreciaron al Gipuzkoa y no es de recibo, porque este humilde club vive de estas desconsideraciones. Abrigado en una piel de cordero, a poco que le den un punto donde agarrarse, se aferra a él, y así ha sacado ya seis victorias, y ha salido de descenso durante unos instantes, hasta que se consumó el otro sorpresón del día: el triunfo del Betis ante el Andorra.

La puesta en escena fue ya un resumen de lo que se venía por delante, con los mejores instantes defensivos del año en la tropa de Nicola. Un 20-4, con cuatro puntos de un Okouo que hizo lo que le dio la gana en la pintura, era un factor imposible de descifrar por la zaga visitante. Parecía Shaquille ante las insulsas torres taronjas. El 4-10 en pérdidas levantaban acta de quién estaba más metido y con hambre por ganar. Fruto de esas ganas, los guipuzcoanos dominaban el ritmo y todas las facetas. También tenían más tiros: 9/16 en lanzamientos de campo, frente a 2/8. Nadie en las filas visitantes mostraba un poco de orgullo para esquivar el castigo vasco. Solo se ofrecía algo de personalidad con protestas que se castigan con técnica y con alguna antideportiva. Hubo un amago de reacción, con Labeyrie metiendo todo lo que tiraba (51-44), pero era de cartón piedra. Span hacía uno de sus mejores partidos ante tal huelga defensiva y Hermannsonn andaba absolutamente perdido. El 76-54 marcó el techo de diferencia. Un paseo que mantiene al Gipuzkoa con esperanzas de alcanzar la utopía. 

Nicola anima a seguir peleando porque "esto es muy largo"

Marcelo Nicola, animó a sus jugadores a dar continuidad al triunfo ante Valencia Basket en futuras jornadas, manteniendo la misma imagen que dio su equipo este domingo, porque "esto es muy largo".

"Es un triunfo muy importante por cómo lo hemos logrado, concentrados y focalizados en nuestro trabajo que es el mismo que tenemos que hacer todos los días", declaró tras el encuentro el técnico argentino, que aprovechó su comparecencia para pedir perdón públicamente a Jaume Ponsarnau por una acción de juego.

"Quiero disculparme con él porque he pedido un tiempo muerto en los últimos momentos pero fue porque se me escapó", aseguró Nicola, que se mostró orgulloso de poder competir de tú a tú con un equipo de Euroliga como el valenciano.

"Ellos son muy atléticos pero hoy igualamos su nivel físico y pudimos jugar con confianza tanto atrás como en ataque", se felicitó un técnico del Acunsa Gipukoa Basket que no concede más importancia a este triunfo por la entidad del rival que su equipo tenía enfrente.

"Yo valoro la victoria como si la hubiésemos conseguido ante el Real Madrid o Real Betis. Es un triunfo que tiene que servir de lección para saber qué tenemos que hacer y poner todo en la cancha del Gran Canaria en el próximo partido", enfatizó Nicola.

El alero montenegrino Dino Radoncic, por su parte, mostró de forma más palpable su alegría que Nicola. Dijo en la sala de prensa de Illunbe que el triunfo es de "mucho mérito" y que llegó porque "creímos en todo momento que era posible y demostramos que no estábamos muertos hasta que todo esto acabe".

Ponsarnau asume "toda la responsabilidad" en la derrota 

Jaume Ponsarnau, no tuvo problema alguno en admitir su "total responsabilidad" en la derrota ante el colista Acunsa Gipuzkoa Basket, porque cree que no preparó a sus jugadores para este encuentro tras ganar el viernes a Fenerbhaçe.

"Gipuzkoa lo ha hecho muy bien y el responsable de la derrota he sido yo porque ha sido un problema mental y no preparé bien a mi equipo", señaló en la sala de prensa tras el encuentro un extécnico del conjunto donostiarra que no puso ningún pero a la dura derrota.

"Han tenido un ritmo defensivo muy bueno y cuando haces bien las cosas atrás puedas hacerlas bien en ataque. Además tuvieron la inspiración necesaria y encontraron al principio muy bien a Okouo", resumió un decepcionado Ponsarnau.

El preparador catalán defendió a sus jugadores menos habituales, que fueron los que tuvieron más minutos en este partido, y les descargó de responsabilidad reiterando en varias ocasiones que la misma era suya y que lo ocurrido "no tiene nada que ver con el partido que jugamos el
viernes en Euroliga".

Ponsarnau reconoció "problemas con el plan A" que traía a San Sebastián y luego también admitió que a su equipo "le costó adaptarse porque el rival estaba ya con mucha confianza". Cree que las cosas pudieron ser algo diferentes si hubieran entrado "algunas jugadas que no salieron, mientras ellos encontraron acierto en las suyas, algunas con tiro adicional" y consideró clave "la falta de intensidad en el primer cuarto", en el que los locales marcaron una distancia que devino en insalvable al final de los 40 minutos.