Boston recibió esta madrugada en Atlanta otro duro golpe en su ego. Cayó (127-112), con contundencia y frente a un Gallinari mágico, y enlaza ya tres derrotas consecutivas. Es la 9º en los 14 partidos que ha disputado en febrero. Una temblorosa racha que le conduce fuera de los puestos de los playoffs y por debajo del 50% de victorias. Los Celtics no se quedan fuera de la lucha por el título desde 2014; la última vez que acabaron la fase regular con más derrotas que triunfos fue en 2015 (40-42)… aunque en esa ocasión si se colaron entre los ocho mejores de la Conferencia Este.

Su caída en Georgia fue calamitosa. Sin paliativos. Ni un pero a la actuación de unos Hawks que buscan con más fuerza que efectividad (por ahora) la postemporada: en estos momentos son 11º con un balance de 14-18. Ya desde mediados del primer cuarto marcaron la diferencia con un inspirado (quién sino) Trae Young. El base reventó la resistencia de los de Brad Stevens con tres triples seguidos: del empate a 15 al 26-15. Y desde ahí, felicidad, con una máxima de +27 (68-41) en el segundo cuarto. Y +23 al descanso (72-49).

Gallinari, de récord

Jaque mate con un Danilo Gallinari de dulce. El italiano marcó el ritmo del duelo y estableció un nuevo récord en la franquicia de Georgia con 10 triples (también es máxima de su carrera). Es uno más que los conseguidos por Steve Smith en 1997 contra Seattle SuperSonics. Y, además, lanzando poco y bien: 7/8 al descanso (uno desde casi el logo del centro de la pista); 10/12 al concluir el partido. Son dos más de los que embocó su rival, que se quedó en un triste 8/31 con Jayson Tatum (13) en un 1/8 y Jaylen Brown (17) en un 0/6. Escalofriante.

Il Gallo sumaba 24 de sus 38 puntos al descanso. No anotaba tanto desde los 40 a Orlando Magic con Denver Nuggets en marzo de 2015. Junto a él, Trae Young. Fuera de su Partido de las Estrellas, el base se reivindicó con 33 tantos (5 triples) y 7 asistencias ante unos Celtics con dos all stars (Brown y Tatum), pero con síntomas de agotamiento. Muestran cara de boxeador noqueado en una temporada demasiado voluble por la pandemia que no lo permite: el calendario es tan exigente que no te permite tomar aire: una derrota condena, dos te ahogan y tres…