Doble revancha en Polonia

España se va de Polonia con la mochila llena de objetivos cumplidos. Para empezar, ha empezado a desarrollar su nuevo proyecto de Selección, el que se enfrentará a las Ventanas del Mundial 2023, con apariciones tan felices como la del jovencísimo Joel Parra. Y, además, fiel a su gen competitivo, se quitó dos espinas. Le devolvió a Polonia la victoria de Zaragoza; y a Israel, la de Valencia. Tiene mucho orgullo la Selección, y mandó así un mensaje. Los estatus se respetan y las cosas ya están en su sitio.

La de Gliwice ha sido una buena Ventana. España se le ha tomado con seriedad, aprovechó la semana de trabajo y supo competir. Salió a morder a Israel, que le había dominado con cierta facilidad en La Fonteta, y no le concedió un solo rebote ofensivo en el primer cuarto. España dominó con facilidad los primeros veinte minutos. Bassas, Jaime y Brizuela, cada uno a su estilo, dominaron los tiempos. Mientras, Fran Guerra y Joel Parra hacían el trabajo de intendencia y López-Arostegui, un jugador en progresión que juega con eficiencia, llevaron el partido a un 42-31 al descanso.

Una descarga de triples devolvió al partido a Israel, que incluso llegó a adelantarse un par de veces en el marcador (52-54 y 57-58). Se jugó con tensión, y eso siempre eleva el nivel de los partidos por más que el pescado de la clasificación ya estaba vendido. Hubo técnica a Kattash; y poco después, a Scariolo, que volvió a sacar la pizarra en el último cuarto y a hacer la diferencia táctica del partido. El italiano colocó a López-Arostegui sobre Blatt e Israel se cegó. Antes, Brizuela había hecho cinco puntos decisivos (el triple del 70-66 y la canasta del 74-72) y Bassas había sacado petróleo con dos tiros libres que volcaron el partido para España. La Selección demostró que es algo más que la campeona del mundo de los cracks. Con la clasificación para el Eurobasket resuelta, podía haber ido a pasear a Polonia. Pero tenía que poner las cosas en su sitio con Polonia e Israel. Lo hizo.