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RETABET BILBAO BASKET

"Tras el COVID, en el primer entrenamiento me quería morir"

El coronavirus golpeó muy duro en Huskic, que aún tiene alguna secuela. "No es ninguna broma, cuesta un montón recuperarse", agrega. Estuvo tres semanas confinado.

Huskic, en Miribilla
ACB MEDIA

Goran Huskic (pronunciado con 'jota' según su propia aclaración) se expresa con tal franqueza que su discurso es muy convincente. Para los negacionistas, su testimonio debería hacerles sonrojar. "He pasado momentos duros. No es ninguna broma, cuesta un montón superarlo. Estuve tres semanas confinado y en el primer entrenamiento, me quería morir. No podía dar ni tres carreras, te cansas. Solo con subir las escaleras, ya te ahogas". Así se pronuncia un tipo de 2,10, un cíclope para el perfil medio del terrícola. Su cuadro clínico llegó tras una lesión grave, una subluxación de los tendones peroneos del tobillo derecho que le obligó a pasar por el quirófano, y en total estos inconvenientes le han borrado un año de las canchas. "No ha sido fácil esta etapa, ahora estoy bien, pero no recomiendo a nadie lo que he pasado", sigue en su castellano directo en una entrevista en Radio Bilbao.

Ahora Huskic está centrado en su cesión al Bilbao Basket, procedente de un Burgos con el que firmó por tres temporadas y le queda aún una más. "Puedo aportar mucho más a este equipo, estamos en el principio de este camino en busca de salvarnos, lo importante es saber aguantar estas situaciones con mucha presión. Lo tenemos en nuestras manos. El calendario nos ofrece muchas oportunidades porque nos tenemos que enfrentar a rivales directos", prosigue el 'cinco' del RETAbet, uno de los cinco refuerzos del equipo de Miribilla este año junto con Kljajic, Jenkins, Miniotas y Aminu. Este último ha cubierto su contrato temporal y ha abandonado la capital vizcaína.

El jugador nacido en Belgrado mira de reojo a su club, un Burgos que ha sido campeón de la Intercontinental y se prepara para jugar la Copa. Y con cierta envidia. "Les deseo que les vaya bien, pero tengo que hacer mi trabajo, dejar al Bilbao Basket en ACB". Peñarroya dio el visto bueno a su salida, pero es algo que asume con disciplina el pívot: "Tengo buena relación con Joan. Es un buen tipo. Soy profesional y debo entenderlo. No soy de su perfil, hay que seguir y aguantar. No voy a hablar mal de él, no me dejó salir con mala leche. Por vivir cabreado con el entrenador o por acordarte de la mala fortuna no vas a solucionar nada, hay que trabajar para que cuente contigo".

Lo principal es aprovechar estas tres semanas de parón y hacer una especie de pretemporada. "Cuando estás abajo tienes una mochila pesada a la espalda, pero todo puede cambiar. Cuando llegué no estaba física ni mentalmente preparado. Ahora todo ha cambiado". Pero asume que la estrella del equipo es Balvin, el que le quita muchos minutos en pista. "Es la primera opción y lo respeto, me da igual, lo importante es ganar".