Tyler Dorsey liquida al Madrid

El desenlace fue de los que parecen escritos de antemano, por tener un guion bien trazado con una tensión in crescendo, aunque el mal bote de Carroll, que le llevó a extraviar el balón en el último ataque, cuando el Madrid podía ganar o empatar, no estuvo a la altura. No era la mejor opción que Boom Boom corriera de campo a campo botando. Salió cruz, segunda derrota en cuatro días. En las filas madridistas empiezan a pesar las bajas y los kilómetros, con Tavares y Thompkins muy exigidos. Entre ambos, con una gran ayuda de Abalde, casi alcanzan triunfales la orilla. Pero no, venció el Maccabi porque mostró más talento ofensivo en el perímetro, más capacidad de combinar distintas armas incluso en un día flojo de Elijah Bryant y regular de Wilbekin. Le quedaba otra amenaza, la definitiva, la del escolta greco-estadounidense Tyler Dorsey, el liquidador: 30 puntos con solo 14 tiros (7 de 9 de dos y 4 de 5 de tres) para 36 de valoración. Todo eso y que el guionista en Tel Aviv vestía de amarillo.

El Madrid completó un primer cuarto soñado, solo le faltó un Yad Eliyahu a reventar para que fuera perfecto. Y haber vigilado más de cerca a Dorsey, que clavó tres triples sin fallo de salida, y Bender otro frontal sin oposición. En ataque, los blancos lo bordaron con un quinteto poco habitual, con Alocén de base, más Taylor, Abalde, Thompkins y Tavares. Circuló el balón y circularon los jugadores, mucha movilidad, de la incisiva, y buenos pases. Y acierto, claro. Antes de que acabara el primer acto, el Real alcanzó su máxima ventaja: 19-31 tras embocar 8 de 8 de dos y 5 de 7 de tres, con 10 asistencias (5 de Abalde) y ninguna pérdida, insuperable. Y si el Maccabi no descabalgó fue porque respondió con un 6 de 9 desde el perímetro. Laso utilizó de inicio a diez jugadores y Sfairopoulos, a once y lo que realmente se notó fue el descanso de Tavares.

Tyus entró algo lento de mente y se cargó con tres faltas. La reacción amarilla vino sin Wilbekin y sin Bender ni Zizic, con el pequeño DiBartolomeo (MVP de la antigua liga de verano de Fuenlabrada) y Othello Hunter. Parcial de 16-2. El Madrid se apagó y lo mantuvo a flote el acierto de Carroll, 9 de los 13 tantos de su equipo en ese segundo cuarto. El pulso entró en fase de tensión, sin la alegría inicial, Causeur se estrenó en el tercer acto por Taylor como único cambio respecto al quinteto inicial. A la destreza de Dorsey contestó un Thompkins crecido, que sacaba partido de la presión defensiva rival para quedarse liberado.

Trey (28:30 en pista) y Tavares (32:53) acumulaban fatiga sin relevo a la vista. No podían sentarse sin que su equipo lo pagara caro. Entre los dos apilaron 35 puntos, 12 rebotes, 5 asistencias y 47 de valoración. Y a Thompkins se le echó de menos en un importante tramo del final, cuando Laso optó por un cuarteto más defensivo y Laprovittola. El argentino era el eslabón más débil y no sujetó a Dorsey.

El desenlace, pese a todo, de funambulista. Un 2+1 del héroe de la noche dio ventaja a Sfairopoulos en los últimos movimientos de la partida de ajedrez (83-80), pero Deck embocó cuatro tiros libres y se llegó a falta de 8 segundos con 85-84 y saque desde el lateral para el Maccabi. Le pitaron una antideportiva a Taylor por no estar el balón en juego, cuando el bloqueo de Hunter parece hacerlo en movimiento, y Othello marró los dos tiros libres. El nuevo saque se resolvió con otro Instant Replay para ver quién había lanzado la bola fuera en la pugna Wilbekin-Taylor. Muy difícil mojarse y los árbitros pitaron amarillo. A la siguiente, personal: Wilbekin erró uno de los dos intentos y dio esperanza al Madrid. Carroll recibió casi bajo su aro y corrió de campo a campo, dudó en el triple y justo después perdió el balón en el bote. No era la jugada. Fea guinda a un bonito thriller.