El Valencia se divierte en Miribilla ante un Bilbao Basket hundido
Victoria demoledora, la octava seguida, sin mucho esfuerzo del equipo de Ponsarnau, con Labeyrie y el joven Pradilla al frente. Tercera mayor paliza a domicilio.
El Valencia firmó en Miribilla su octava victoria seguida y su candidatura para entrar entre los cuatro primeros sigue siendo muy sólida.Solo faltaba con el equipazo que tiene, aunque Madrid, Barça y Baskonia suelen acaparar la cima de la tabla y el Tenerife este año no hace más que darse ínfulas. El Bilbao Basket pasó un calvario; si el año pasado ganaba a los Euroligas esta vez no le da la calidad y la ambición para gestas. Mumbrú tuvo que parar el comienzo del último cuarto, con 1:13 consumido y 56-85 porque aquello era un toreo de un equipo corriendo la pista y anotando a placer. Un 0-7 de parcial en ese período era puro bochorno. Aquello no paró, siguió hasta el 60-97 como tope. Olía a paliza histórica. Fue el tercer triunfo más abultado de la historia a domicilio del cuadro de La Fonteta, tras el 79-121 (+42) ante el GBC en la 2015-16 y el 62-99 (+37) ante Cantabria Lobos en la 1999-00.
Encima se lesionó Brown. Solo queda que caiga el propio técnico en un paseo por la banda. Las sensaciones son horribles en este Miribilla silencioso y extraño. No hay público pero tampoco equipo local presente. Éste salió con cara de derrota y rehuyó competir durante 35 minutos. Algunos jugadores están fuera de onda y solo hubo cierto tuteo en el primer cuarto.
El Valencia tiene una plantilla tan larga que no echó en falta a Dubljevic ni Prepelic, baja desvelada a última hora y justificada por motivos personales. Dos estrellas de la ACB. Ponsarnau trabaja con un grupo espectacular. Como Williams, un número 2 del draft que hizo un mate 'tomahawk' delicioso. Y Mumbrú saca chispas a un colectivo sin bases, por las lesiones de Rousselle y Hakanson. Tampoco está el hombre franquicia, Balvin, ni los que mejor defienden, Rigo y Serron. El balón no conoce la palabra consuelo y había que salir ahí al ruedo a torear con eso. Con Iñigo Betolaza de titular, un chico de la cantera de apellido ilustre que sigue la estela de su padre Josean, aquel buen base de perfil más bien de la extinta Primera B y que militó en Caja Bilbao y Askatuak. El chico no ha jugado ni en EBA y se emparejó de saque con Vives, un tipo con pedigrí Euroliga que se las sabe todas y ha sido campeón de Europa con España. La primera bola que manejó Beto se la arrebataron. ¿Pero qué mejor aula para curtirse que esta? Debutó en la élite otro canterano, Del Val. Otras piezas para esta empresa son Kljajic, un jugador que procede de LEB Plata; Huskic cedido por Burgos para que se vaya fogueando tras pasar el COVID; y unos cuantos debutantes en la categoría. El 60 por ciento del presupuesto del equipo estaba vestido de calle.
Cuatro minutos estuvo de inicio Betolaza, luego le dejó los aperos de labranza a Brown. Se trataba de no cargar demasiado con tiempo y faltas al norteamericano, que mantuvo el tipo con dignidad. El Valencia se ajustó a ese plan que muchos anhelan: traía cansancio por el partido europeo del Palau del jueves y se trataba de bajar del autobús, ganar con el mínimo gasto posible y subirse al mismo caminito de casa. Un 0-7, sobre todo con canastas bajo el aro y sin fallar tiros de dos, puso un claro 12-21 ya a los siete minutos.
Había cierto ritmo en ataque por parte bilbaína, pero faltaban transiciones rápidas. En un momento dado se conectaron de nuevo (21-25). Eso sí, no existía la dureza exigible con los hombres grandes taronjas. Algunas piezas del equipo empezaron a hacer la guerra por su cuenta y la primera rotación de Reyes no fue buena. Los chicos de Ponsarnau triangulaban fácil porque faltaban manos y emboscadas en las líneas de pase. El 25-34, ya con el eterno pecado de las pérdidas, era más un demérito local que valía visitante.
Pradilla salió y metió cinco puntos seguidos. Buen jugador. Y descarado. Tuvo un buen entrenamiento ante un rival sin pasión. El Valencia doblaba fácil el balón, sin mucho esfuerzo se iba marchando y no había rastro de faltas entre el RETAbet para cambiar algo en esa dinámica hacia otra derrota. Salió Jenkins y, frente a lo visto en la fiesta triplista de Fuenlabrada, esta vez impartió cátedra en tiros de dos.
Tres triples seguidos, de Van Rossom, Vives y Sastre, pusieron el 30-45 a 2:43 para acabar el primer tiempo. La diferencia de calidad es evidente y si el año pasado en Miribilla cayeron todos los Euroligas ahora parece una misión imposible. A Zyskowski le está costando muchísimo adaptarse a una liga tan exigente y Kulboka ya se sabe que no es muy dado a coger responsabilidades.
Labeyrie fue un martillo pilón. Ponsarnau lleva un plan bien medido y alcanzaron una ventaja de 18, suficiente para ir pensando en la siguiente faena. Aunque el Bilbao Basket echó el resto. Kulboka hizo una finta en tiro de tres, un paso adelante y canasta de dos para poner el último toque de incertidumbre: 53-66 a falta de 12:56. Mumbrú puso luego una zona 1-3-1 que rompió Van Rossom con un triple. Cuando el Bilbao Basket se desordenaba un poco, recibía una nevada de puntos como la que ha cubierto Madrid. Acabaron los valencianos con Pradilla, Ferrando y Puerto, la chavalada. Si tiene pocas desgracias el RETAbet, Brown se dañó un tobillo a falta de cinco minutos. Otro bocado de fatalidad a un equipo que está hundido anímicamente, roto, hecho añicos. Al menos tiene el consuelo de que perdió el Betis en casa ante el Burgos.
Mumbrú: "En la charla había más lesionados que jugadores para jugar"
Mumbrú admitió que el Valencia fue "muy superior" al Bilbao Basket en un partido resuelto con un contundente 73-106 que fue "muy difícil" para su equipo "por las circunstancias" en forma de lesiones que le están castigando con crudeza esta temporada.
"En la charla éramos más lesionados que jugadores para jugar. Las circunstancias están viniendo así, pero no podemos poner excusas y hay que seguir trabajando", señaló el técnico del 'hombres de negro' quien espera que "no sean nada" los problemas físicos que sufrió durante el encuentro Jaylon Brown.
Sobre el encuentro, Mumbrú comentó que empezaron "más o menos bien aunque un poco blanditos en defensa", pero lamentó que en el segundo cuarto, "en tres o cuatro minutos", encajaron "un parcial rápido" que acusaron anímicamente.
"En el tercer cuarto lo hemos intentado, pero la distancia era importante y no podíamos; y en el último ya no había partido. Estaban jugando a placer y nosotros cabizbajos, normal. Mañana nos vamos a Alemania y a ver si podemos recuperar a algún jugador", deseó recordando el choque del martes en la pista del Brose Bamberg.
Sobre la participación en el partido de los dos canteranos, Betolaza, que formó en el quinteto inicial, y el debutante Del Val se mostró "contento" de que "jugadores de Bizkaia debuten en la ACB". "Es difícil por las circunstancias en las que estamos, pero a ver si poco a poco gente de cantera puede entrar", concluyó.
Ponsarnau cree que la victoria llegó desde "el respeto" al Bilbao Basket
Ponsarnau subrayó que la clave de la abultada victoria que lograron el Miribilla frente al RETAbet Bilbao Basket (73-106) fue "el respeto al rival, a su táctica y a sus virtudes" con la que ha encarado el encuentro.
"El equipo ha estado concentrado. El partido ha empezado arriba y y abajo, pero tuvimos intensidad y buena mentalidad. Hemos encontrado además mucho acierto con jugadores que han estado muy eficaces. Todo nos salía bien y nos hemos aprovechado de esa confianza para acabar ganando el partido bien", explicó el técnico.
Ponsarnau, por otro lado, valoró positivamente la primera vuelta realizada por los taronja, que han cerrado con ocho victorias consecutivas, después de superar "varios aprendizajes" a lo largo de la tremporada hasta ir "creciendo como grupo, sumando jugadores, aprovechando las virtudes y siendo un poco más sólidos".
El técnico, por último, aclaró que la baja de Prepelic fue por un "motivo personal" que el club atendió "con buen criterio" y que el escolta esloveno estará disponible para el partido de Euroliga del próximo martes en la pista del Olimpia Milán.