Abalde es una joya

El fichaje de Alberto Abalde el pasado julio, por el que el Madrid pagó un millón y medio de euros, lo que estipulaba la cláusula de rescisión de su contrato con el Valencia Basket, rompió el molde de la sección en un verano muy difícil, marcado por la crisis, la única excepción del club en su política de austeridad total. La incorporación más cara de la era Laso, el exterior capaz de generar juego que el equipo necesitaba y, a la vez, parte de la solución forzada al adiós de Campazzo.

El gallego dio el martes, en su 25 cumpleaños, el que parece su definitivo paso al frente. Ante el Panathinaikos volvió a la pista a falta de 14 segundos para defender la última ofensiva griega, igual que Taylor que frenó a Nedovic y forzó la prórroga. Llevaba 4 puntos y ya no se sentó en los dos tiempos extra. Ejerció de base ejecutor con 2,02 m. Leyó muy bien la defensa del PAO y generó desde el uno contra uno. Penetraciones, buenos tiros y mejores pases tras desequilibrar al rival. Acabó con 19 puntos (15 en las dos prórrogas, 9 en la segunda) y 6 asistencias para 24 de valoración. Frente al Zenit, cinco días antes, había logrado 16 tantos.

En la apertura del curso ayudaba en todo lo que podía, pero en ataque se trasparentaba, le costaba involucrarse, como casi a cualquier recién llegado. El peso de lo evidente le ha puesto galones, se los ha ganado con actitud defensiva y su depuraba técnica y talento. La marcha de Campazzo le ha dado otro empujón, más balón que manejar. Ha disputado las 14 jornadas de la Euroliga (como Tavares, Thompkins y Garuba) y sus cifras son de 9,6 puntos (53% en tiros de dos y 48,7% en triples), 2,6 rebotes y 2,4 asistencias para 10,9 de valoración. Buenos números y mejor influencia. El Madrid lleva 9 victorias y 5 derrotas (8-1 desde el tropiezo en el Palau el 23 de octubre) y un average general de +41. Pues bien, con Abalde en pista (el 53,7% de los minutos) el resultado es de +93 (dato de Overbasket). El mejor del equipo, incluso por delante del decisivo Tavares (+81), que acumula 33 minutos más en cancha (339 frente a 306).

¿Cuántos fichajes blancos en la última década han valorado en su primer año en la Euroliga más que Abalde? Apenas cuatro, el último Randolph (12,6) hace cuatro campañas. ¿Y antes? Solo Ayón en la 2014-15 (11,7), Bourousis en la 13-14 (12,1) y Carroll en la 11-12 (11,7). ¿Y Rudy, Campazzo en su segunda etapa, Tavares…? El primero promedió lo mismo que lleva ahora Abalde en los 8 partidos continentales que afrontó por el lockout NBA en 2011 y Tavares (10,6) y Campazzo (10,3) estuvieron por debajo de esos 10,9 en la 2017-18, la de la Décima en la que el MVP Doncic se exhibió (21,5).

“Abalde es un gran jugador de baloncesto. No sé si es un uno, un dos o un tres… Que pueda jugar casi en cualquier posición habla muy bien de él. Anota, crea para los demás y es sólido atrás”, dijo Laso tras vencer en el OAKA. En septiembre ya entraba en sus planes como base, incluso por delante de Llull: “Si echara mano de alguien, más allá de Campazzo, Laprovittola y Alocén, estaría Abalde”. Y como la Euroliga no da tregua, del OAKA a la Paz y la Amistad en 72 horas. Espera un Olympiacos desconcertante por irregular. Printezis y Papanikolaou son duda; Spanoulis no se lo pierde.