Ni Polonara fue suficiente

Maccabi es el equipo más cercano al espíritu NBA de Europa. En filosofía, estructura, gestión directiva y roster. Tiene una plantilla envidiable que, si se alinean los astros y tiene acierto, te puede humillar. Le pasó al propio Baskonia el año pasado en el Buesa Arena cuando lo recibió en Euroliga. Pero si no ocurre eso, se convierte en un conjunto anárquico y poco fiable. Con grandes jugadores pero muy deslavazados. A pesar de que Sfairopoulos trata de inculcar un ADN europeo que temple los ánimos. Pero en la capital alavesa le salió la versión A y ganó con justicia. Y no con una demostración ofensiva sino con un planteamiento sólido y buenas decisiones en los momentos claves.

El emparejamiento Henry-Wilbekin prometía grandes emociones. El macabeo empezó mejor que el de Virginia pero Baskonia anduvo con pie más firme en el primer cuarto que los israelíes. Fall empezó a desnivelar la balanza con sus 2,21 ante un conjunto amarillo que no podía desactivarle. La permeabilidad defensiva amarilla se tradujo en lanzamientos precipitados -más de 3 que de 2- y el dominio baskonista en el rebote defensivo. Los de Ivanovic no fallaban en ataque y los de Tel Aviv, con poca solidez, demostraban por qué están en la parte baja de la clasificación. Transcurría el minuto 6 y el partido ya iba 18-9. El final del primer cuarto terminó con un +8 para el conjunto local. En cuanto a sensaciones, más diferencia aún.

Dragic y Peters ingresaron en el segundo cuarto pero Hunter equilibró la faceta reboteadora y, aunque TD Systems se puso a 10 de diferencia, dos triples macabeos dejaron el marcador en un 22-18. A partir de ahí, la iniciativa del segundo periodo fue para los visitantes, que llegaron a ponerse 5 arriba con el 30-35. A grandes rasgos, las defensas se impusieron a los ataques y el hombre clave del partido antes del descanso fue Hunter. Aunque muy pocos lo esperaban, Ivanovic dio minutos a Diop pero no demostró un gran nivel, ni generó capacidad de reacción. En el duelo de magos (Henry/Wilbekin) tablas antes de marchar a los vestuarios. Todo quedaba a expensas de lo que ocurriera en la segunda parte del compromiso.

Baskonia salió inspirado en el tercer cuarto porque la primera opción de ataque macabea terminó con pérdida de posesión por transcurrir los 24 segundos. Dos tiros libres colocaron a los locales de nuevo por delante (41-40) pero el penúltimo periodo fue de intercambio de golpes sin que ninguno de los dos conjuntos fuera capaz de abrir brecha. Kurucs ingresó en el duelo en el minuto 25 para que Henry descansara. También tuvo minutos un Di Bartolomeo básico en la victoria hebrea del año pasado en el Buesa pero con menos protagonismo en el modelo actual. La buena noticia para los amarillos fue la presencia de un Casspi que llevaba casi un año en el dique seco. Jugó algo antes de visitar el Buesa pero en Vitoria tuvo minutos de calidad y compromiso. Jones estuvo inspirado en los últimos segundos del cuarto y Maccabi se fue por delante antes de afrontar los últimos diez minutos.

TD Systems se plantó ante la entrega final con el lastre de las cuatro faltas de Fall pero trató de mostrar solidez. Que los galones existen en Euroliga se demostró cuando Lamonica e Ivanovic intercambiaron una conversación con disparidad de criterios antes de iniciarse un tiempo muerto y no hubo consecuencias ni sanciones. El baloncesto fluye y así debe de ser… Faltaban menos de 3 minutos para el final y Maccabi ganaba por 5 puntos con un Dorsey emergente (60-65). El Baskonia no supo gestionar algún rebote defensivo clave en los últimos minutos y tampoco estuvo muy inspirado en ataque por lo que Maccabi sumó su quinta victoria de la temporada en el Buesa. Llamó la atención que Ivanovic jugara los últimos minutos sin pivots natos: Fall, Jekiri y Diop presenciaron la derrota desde el banquillo.