Campazzo contagia al Madrid antes de dar el salto a la NBA
El base argentino da 12 asistencias en la que puede ser su despedida de la Euroliga y los blancos se van hasta los 31 pases de canasta. Gran actuación de Abalde.
Despedirte sin saber que es tu último día y hacerlo sin público en la grada es extraño (y muy frío), pero quizá sea así la salida de Facundo Campazzo del Real Madrid, uno de los grandes extranjeros de la historia del club. El domingo los blancos se miden con el Manresa en la ACB, entonces su marcha a Denver puede estar ya cerrada, aunque no firmada, por lo que dependería del club su participación o no en ese encuentro. Laso dice que jugará. Lo que sí parece bastante seguro es que ante el Fenerbahçe dijo adiós a la Euroliga, a cinco temporadas en las que ganó dos de los tres títulos continentales posibles (el curso pasado no hubo campeón y en este se va en la jornada 10). Y ganó también tres Ligas, dos Copas y cuatro Supercopas.
Y si este ha sido su adiós, se ha ido dejando el ruido para la cancha y empujando a sus compañeros a ser mejores. Un hasta siempre, o quizá un hasta luego (ya veremos), con victoria gorda, pese a la pérdida de quilates del Fenerbahçe, y un espectáculo de pases de múltiples facturas (12 asistencias y 7 puntos para 16 de valoración). Su entrega, a minutos de la apertura del mercado NBA, fue encomiable, como hasta ahora. Contagió al grupo su ritmo y su furor por las asistencias, hasta 31 en total, una cifra elevadísima.
La arrancada de tacos del Madrid (28-12) fue casi tan efervescente como la del miércoles ante el Maccabi, de nuevo con Deck y un Randolph que lo metía todo de protagonistas. Y con el Facu y Tavares, claro. Laso dio entrada pronto a Laprovittola frente a lo que se avecina, la vida sin Campazzo, y se afilió al tres: tres asistencias en tres minutos, tres faltas y… al banquillo. El Real se dispersó, algo de desorden, y el Fener de Kokoskov (sin Obradovic todo es más duro, lo hemos visto durante tres décadas) lo aprovechó: buen porcentaje en los triples y varios rebotes que le daban vida. De Colo era baja confirmada, la de Vesely, no, y les dobló el espinazo (tres tapones de Tavares en el primer acto).
Un fantástico Abalde
El amago de insurrección turca se apagó en la reanudación, en un tercer cuarto donde el partido saltó por los aires, en parte, por la exhibición callada de Abalde. Abrasó al alero lituano Ulanovas, uno de los fichajes de Gherardini, y lo hizo todo bien. Esa capacidad para crear juego, penetrar y su mejora constante en el tiro serán básicas para tapar el agujero que abre la fuga de Campazzo. Abalde, de 24 años, en sus primeros meses de blanco, tiene un impacto en el crecimiento del bloque más importante del que parece. La producción ofensiva y la defensiva suben muchos enteros con él en pista.
El último cuarto trajo más triples y la lesión de Rudy en la espalda, de la que ha sido operado tres veces. Se retiró sin apenas poder caminar. En el Fenerbahçe, el alemán Danilo Barthel asomó la patita tras ser muy discutido (22 puntos). No cambió nada para su equipo: del meneo en el Palau al meneo en el WiZink Center que cerró Carroll con una diana sobre la bocina en su partido 250 en la Euroliga. Está fino y armonioso, como su equipo, el que nos es familiar en la era Laso: 31 asistencias y solo 8 pérdidas. El Madrid coge altura, cinco triunfos seguidos (diez con la ACB), aunque pierde a su comandante en pleno vuelo. El aterrizaje queda pendiente.