El Iberostar Tenerife devora a un pobre Herbalife Gran Canaria
Los de Vidorreta siempre fueron por delante en el derbi insular. Huertas, Salin y Shermadini, los mejores. El Herbalife se hunde: ocho derrotas.
No tuvo opción el Gran Canaria esta tarde en La Laguna. No es que perdiera, sino que volvió a dar una pobrísima imagen y jamás estuvo dentro del partido. Son ya 8 partidos perdidos en la ACB, una tristeza que no cesa. Mientras, el Iberostar sigue con su imperial trayectoria nacional. Hoy, además, se paseó en el partido más esperado.
Por cómo llegaban ambos equipos, probablemente el derbi más desigual en muchos años, los pronósticos se confirmaron desde los primeros segundos del partido. Así, sendos triples de Salin y Cavanaugh pusieron rápidamente por delante al Iberostar, 6-2, ante un Herbalife que parecía empeñado en dar una nueva exhibición de desatino y guerras individuales que a nada conducen. El segundo triple del propio Cavanaugh anunciaba tormenta, 11-2, pero Albicy recortó distancias acto seguido y también desde el 6,75.
Los pupilos de Vidorreta jugaban como querían con el marcador a favor, oliendo toda la sangre que emanaba de la herida del Granca, acaso imposible de curar, aunque cinco puntos seguidos de Burjanadze le dieron algo de esperanza a los visitantes: 14-10. Sin embargo, otros dos triples locales, en este caso de Doornekamp y Huertas, siete en total solo en el primer acto, dispararon de nuevo a los suyos: 20-12. La renta de 8 puntos a favor del Iberostar se mantuvo tras acabar los diez minutos iniciales: 23-15.
Los infinitos problemas del Gran Canaria aparecieron para, además, multiplicarse en el segundo cuarto. Cierto es que, de momento, mantenían el cerco sobre Shermadini, pero ocurre que hay mucha vida más allá de Georgia. Ni que pecaran los rivales de un deficiente scouting, el Iberostar desplegó de manera abrumadora el resto de su potentísimo arsenal. Huertas se unió a la fiesta para darle a los suyos el primer +10, 25-15, y poco después Sulejmanovic le sacó un 2+1 a Okoye que disparó a los suyos en el marcador: 31-17.
No se había jugado ni un cuarto de hora de partido y el Herbalife parecía haber arrojado ya la toalla, totalmente arrinconado por su apabullante rival, más que justificada su segunda plaza en la ACB. Así, un triple de Salin trajo consigo un rotundo 36-19 que amenazaba con sentenciar el partido mucho antes de lo previsto. Igualmente, bastante hicieron los muchachos del superado Fisac al llegar al descanso perdiendo de 13 puntos, 43-30, tras sendos triples de Shurna y Dimsa. En cualquier caso, un marcador engañoso por lo corto (llegó a ser 40-22). De no mediar una reacción inmediata, la segunda parte podría ser un suplicio, otro más, para el deprimido Granca.
Con su actitud descollante, impetuosa juventud para lo bueno y para lo malo, Khalifa Diop se convirtió en el adalid del Herbalife en el inicio del tercer cuarto. No solo por aquel mate con el que se reanudó el marcador, sino por esas dos faltas seguidas que le sacó a Shermadini, para un total de tres, que obligaron a Vidorreta a sentar al gigantón de Europa del Este. Sin embargo, el grancanario Fran Guerra salió al rescate de los suyos, sacándole un 2+1 a Costello que le dio un +17 al Iberostar: 49-32.
Con Diop ya en el banquillo, Dimsa era el único que daba la cara en los suyos, enchufando un triple para el 52-39, a la que siguió una falta antideportiva de Marcelinho sobre Albicy que bien pudo meter a los visitantes en el duelo. El francés conectó dos tiros libres, la posterior canasta del propio Dimsa anunciaba de nuevo una batalla que hasta hace nada parecía imposible: 52-43.
No se descomponía el Iberostar Tenerife, dedicado entonces a contener las desorganizadas embestidas del Herbalife. Como un analgésico le sentó otro triple de Butterfield que le dio una cómoda ventaja, 59-44, a falta de poco más de tres minutos para acabar este periodo, lo que obligó a Fisac a pedir tiempo muerto. Entonces entró en acción el desaparecido Wiley, que mantuvo con vida a los suyos tras seis puntos consecutivos: 63-52 al final del tercer cuarto. Pocas, pero alguna posibilidad le quedaba todavía al Granca de conseguir una remontada más que milagrosa.
Tras llevarse un soberbio tapón en la última jugada del periodo anterior, Huertas inauguró el último con una entrada a canasta marca de la casa: 65-52. Parecía que lo intentaba el Herbalife, conectado de nuevo al partido tras dos triples de Ferrari para el 69-58, y otro de Albicy que supuso el 72-61, tan inaccesible como parecía la posibilidad de reducir la psicológica desventaja de los 10 puntos.
Con Shermadini como faro imponente, alumbrando cualquier atisbo de oscuridad en su equipo, no tuvo problemas el Iberostar Tenerife para conservar su sólida ventaja. Además, el Granca defiende mucho peor de lo deseado, y cada ataque chicharrero era un nuevo golpe a su maltrecho mentón. Sergio Rodríguez adquiría también su cuota de protagonismo, enchufando un triple para el 81-65.
El tercer triple de Dimsa, 89-77, apenas inquietaba a la formación local, que ya tenía el partido totalmente amarrado, como demostró el triple de Fitipaldo unos segundos después. Ahora sí, los visitantes se rindieron en una batalla en la que jamás tuvieron ni siquiera la posibilidad de la victoria. Por ser inferiores, los jugadores del Granca lo fueron tanto que no tuvieron ventaja en ningún momento del partido, un equipo totalmente devorado.
De momento, salvo por la derrota en el Palau, no hay quien tosa al Iberostar Tenerife, que firma un reluciente balance de 9-1. Mientras, la cuesta abajo del Herbalife Gran Canaria, un guiñapo ahora mismo en la competición doméstica, parece no tener fin. Además, la guerra declarada a un símbolo como Javier Beirán sigue abierta mientras sus máximos responsables se conforman con competir, una excusa que hoy ni siquiera vale. De diez partidos en ACB, ocho derrotas. Continúa la depresión.