BILBAO BASKET 72-PINAR KARSIYAKA 81
Estreno amargo para el Bilbao ante el Karsiyaka en Champions
Se atascó al final y echó por la borda en el tramo decisivo 34 buenos minutos. Muchas rotaciones y gran noche de Balvin y Serron. Reyes tuvo un buen bautismo continental.
En esta era de la nueva normalidad, asistir a un pabellón supone una aventura extraordinaria. En Miribilla todos abrían los ojos como platos, como aquel día de 2011 en el que se corrió la cortinilla del recinto verde y amarillo para su inauguración. Por fin desde el 8 de marzo, hace casi ocho meses, había gente en un partido como local del Bilbao Basket (ya se abrieron las puertas parcialmente en la Supercopa femenina). Hubo 307 afortunados, todos de Bilbao porque no se puede cambiar de municipio en Euskadi. Se tacharon 93 por las últimas limitaciones. Y en el palco, una ikurriña con el escudo del Karsiyaka en medio. Pertenecía a Volkan Derya Ozsokmen, director de relaciones internacionales del Pinar que se instaló en Bilbao por motivos laborales en 1996 y como Karsiyaka tiene ciertos puntos en común con Euskadi, por lucir una personalidad propia en la provincia de Izmir, se llevó una bandera vasca que ahora suelen lucir en su pabellón.
Con ese paisaje, el partido casi era lo de menos, el triunfo ya estaba en el bolsillo. Además, volvió Europa a Miribilla mil días después, con un torneo desconocido en la capital vizcaína como la Champions. Se quedó fuera de convocatoria Moses y se estrenó como 'hombre de negro' Kljajic. El canterano Betolaza cuenta en estos partidos para cumplir con los cupos. El Pinar Karsiyaka es como esa colección de equipos centroeuropeos que fue conociendo el RETAbet en su aventura por la Eurocup. Mucha mentalidad norteamericana, con jugadores que abusan del uno contra uno, meten canastas con cabida en los titulares del telediario y apenas comparten la pelota. Le costó, eso sí, tres minutos encestar. M`Baye (menudo baloncestista), Kennedy, Taylor y Morgan fueron sus pilares. Un estreno de estos suele ser de rachas y en parte se ajustó al guion. Los bilbaínos, con mucha rotación como estaba cantado para foguear a los que menos protagonismo tienen en la Liga , aguantaron 34 minutos y los seis últimos, ya con los primeros espadas en ambos conjuntos, no tienen por qué avinagrar el buen sabor de boca. Esta vez el aliento de la grada, muy debilitado eso sí, no bastó para llevar en volandas a los muchachos.
El Bilbao Basket llevaba el partido a una distancia asequible y priorizaba las pruebas, como la pareja Dos Anjos-Jones, los tiros de un Reyes que dio un paso al frente, el estreno de un Kljajic aún tímido o la dirección de Brown. Este protagonizó un par de chispazos con esas penetraciones que parecen imparables en cuanto da el primer paso. Pero es como Kulboka y el resto: falta mucha regularidad. El RETAbet generaba desde la frontal y los turcos tiraban de bandejas y contraataques gracias a su calidad para desbordar a su par. El partido tenía fluidez y demandaba interpretar lo que es la Champions: los árbitros pitan raro, dejan meter manos, el choque se hace físico, y lo que en ACB es antideportiva, como una falta contundente de Serron, aquí se revisa pero no se cataloga así.
El equipo de Mumbrú alcanzó una ventaja mucho tiempo después tras el 2-0: 36-35 a 3:47 para el descanso. Reyes empezó a meter de fuera y la cuarta de Morgan debilitó a los visitantes. Pero la luz se apagó en los seis minutos finales, tras el 67-64. Las canastas y adicional le condenaban al cuadro bilbaíno (69-74) en el tramo final. Hakanson, al que le cuesta dirigir porque lo suyo es tirar, hizo un mal ataque y Mumbrú puso a Balvin en busca de una referencia clara por dentro. En realidad todo el equipo andaba espeso buscando opciones claras de tiro. Dos puntos en seis minutos y medio cuando subió el tono físico el adversario le dejaron seco en sus opciones de buscar el triunfo en su estreno en la Champions. El Karsiyaka, con un juego muy dinámico con pequeños, se llevó hasta un ‘average’ muy jugoso. Sonsima y Morgan encabezaron
la remontada visitante y Taylor puso la puntilla al encuentro. En el otro partido del grupo, el Bamberg dio un serio aviso de líder ante el Fortitudo. Así acabó un día histórico en Miribilla. No pasa a la posteridad por las canastas o jugadas espectaculares, sino por el freno sanitario. A ver cuándo vuelve a verse aficionados por ese pabellón otras veces jubiloso y hoy melancólico.
Mumbrú: "Cuando ha subido el nivel físico nos ha costado encontrar el juego"
Mumbrú, consideró que una de las claves de la derrota encajada frente al Pinar Karsiyaka (72-81) en su debut en la Champions fue que, cuando el equipo turco "subió el nivel físico" en el último cuarto, les costó "encontrar su juego". "La primera parte hemos estado bien, controlando nuestro juego, jugando con fluidez y mejor en defensa. El tercer cuarto ha sido más de lo mismo, con el partido controlado, pero con un intercambio de canastas demasiado fácil", analizó el técnico de los 'hombres de negro' en su valoración del encuentro.
Mumbrú añadió que esa mayor intensidad física de su rival, "junto a cuatro o cinco bandejas fáciles" del conjunto turco, mermaron "la confianza" de sus jugadores y facilitó al Pinar Karsiyaka "llevarse un partido" que tuvieron "controlado muchos minutos".
Por su parte, el jugador Alex Reyes admitió que la "falta de acierto" en la segunda parte y un menor "nivel defensivo" del equipo bilbaíno facilitaron el triunfo del conjunto turco.
"Esa falta de acierto y defensas débiles han decantado el marcador en un partido que podíamos haber tenido más opciones si hubiéramos hecho las cosas mejor. Tenemos que aprender. La competición europea es diferente a nivel físico y hay que aplicarlo en los entrenamientos y en los partidos", analizó. Para el alero vallisoletano, que firmó 9 puntos y 3 rebotes en 19 minutos, el Bilbao Basket notó también los 17 días sin competición oficial, aunque valoró positivamente que "todos" los jugadores "sumaran" en el partido.