Nadie podía imaginar que un club creado hace cinco años podía llegar a una final europea, en la cancha del gran favorito y ganarle con un baloncesto espectacular. Eso es lo que el hizo el domingo el Hereda San Pablo Burgos ante el AEK de Atenas en el OAKA. El Tizona, representante del baloncesto burgalés, logró el ascenso a la Liga ACB en tres ocasiones y no pudo materializarlo y el San Pablo tomó el relevo. En el primer entrenamiento no había balones ni camisetas y ahora ha recibido un millón de euros por ser campeón de la Basketball Champions League. Antes de la pandemia llenaba cada partido en el Coliseum con diez mil espectadores y hay lista de espera para lograr ser abonado.

Burgos ha logrado desplazar al fútbol del primer plano deportivo y ha obrado el milagro enganchando a toda la ciudad en torno a un proyecto ambicioso y en constante crecimiento. La expedición burgalesa regresó de Atenas y tuvo una recepción oficial este lunes por parte del Ayuntamiento y la Diputación. El alcalde Burgos, Daniel de la Rosa, destacó este hito para el deporte burgalés: “Desde hace treinta años con aquel Real Burgos no habíamos tenido tanta repercusión en materia deportiva, es el primer club burgalés que logra ser campeón de una competición europea y eso es muy importante para la ciudad”.

Uno de los artífices de este milagro es Joan Peñarroya, el entrenador que en tan solo un año ha logrado clasificar a su equipo para las semifinales de la Liga Endesa y lograr este título continental. El técnico catalán destacaba la calidad y las ganas de sus jugadores: “Los entrenadores no podemos hacer nada si no tenemos jugadores con carácter, espíritu y deseo y nosotros ante todo hemos fichado jugadores con corazón y ambición y esa es la base de todo lo que estamos logrando”. Peñarroya no se marca metas y quiere seguir creciendo con el San Pablo: “No podemos acercarnos al Real Madrid o al Barça pero aún podemos hacer las cosas mejor, siempre hay matices que mejorar y es lo que vamos a seguir haciendo a partir de ahora”.

Por su parte, el presidente, Félix Sancho, solamente ponía una pega a la hazaña: “Este proyecto nace y se sustenta por una afición fiel y numerosa, son nuestra gasolina. Cuando quedé con Peñarroya para convencerle de venir a Burgos hace un año le dije que íbamos a ganar la Champions y no me equivoqué, solamente ha faltado poner la guinda de haberlo hecho con nuestra afición, habrá tiempo, seguro”.

La ciudad de Burgos ha vuelto a sentirse orgullosa con un club deportivo, curiosamente la mejor afición de la Liga Endesa de las últimas temporadas ha tenido que celebrar en sus casas el mayor éxito, aquel en el que todos creyeron que algún día se haría realidad.