LIGA ENDESA | BILBAO 70 - TENERIFE 81
Vidorreta, profeta en su tierra con un Tenerife muy superior
Segunda victoria en tres días para el cuadro insular, apoyado en sus bases Fitipaldo y Marcelinho, ante un Bilbao muy atascado en ataque.
El Tenerife ha sumado dos victorias ACB en tres días. Es lo que tiene esta Liga condicionada por la pandemia, que aplaza partidos y los ubica 24 horas después si nada se tuerce, que puede pasar. Tras pasaportar al Zaragoza en casa, casi tuvo que coger un avión y plantarse en Bilbao, en un Miribilla vacío por primera vez en su larga historia de partidos oficiales que acabaron convirtiéndose en gestas. El inicio de curso ha traído acento canario para el RETAbet, que el sábado se quedó con la miel en los labios en Las Palmas con una desgraciada prórroga ante el Granca y en este estreno en casa, ha recibido el golpe mucho antes, en el segundo cuarto se escapó un Tenerife con mucho más arsenal y conjunción a estas alturas de la temporada. La diferencia estuvo en que Fitipaldo y Marcelinho ejecutaron a la perfección el plan de su técnico, fueron los maestros de ceremonias y anularon el brillo que Rousselle y Hakanson se traían de la primera jornada. El Tenerife salió más concentrado, con ritmo... fue coral, equilibrado, sin apenas fisuras, aunque en el arreón final de los vascos algo sudaron.
El primer acto fue de tanteo, de ir reconociéndose mutuamente ambos conjuntos. Muchas caras conocidas en el bando insular: Vidorreta, Marcelinho, Sergio Rodríguez, Sulejmanovic, Bogris... y el lesionado Todorovic viendo el choque desde casa. Pero la nostalgia duró diez minutos. Lo que el Iberostar tardó en ajustar las piezas. En cuanto Fitipaldo y Marce empezaron a poner a funcionar el 'pick and roll' central, con las continuaciones de Shermadini, se acabó lo que se daba. El pívot georgiano, encima se alió con Bogris para impedir las conexiones de los locales con Balvin. Si no había opción por ahí, los bases de Vidorreta mandaban la bola al otro lado, a la esquina, donde siempre aparecía solo Doornekamp o si no, Díez. O si no encontraban eso, el base brasileño entraba y ejecutaba sus célebres tiros a una pierna. Al Bilbao le pesó mucho el 2-11 en triples, estuvo atascado siete minutos en el segundo cuarto y se ahogó antes de lo esperado.
El Iberostar no estaba iluminado en ataque, pero su fiereza defensiva y sus triples le sacaban de apuro. Vidorreta cambiaba mucho los quintetos para romper los esquemas de su oponente. Podían cambiar los cinco en las asignaciones y quedarse el grande aguantando el bote al pequeño. Dominaban desde la labor en campo propio. Una antideportiva de Rousselle por agarrar a Doornekamp cuando posteaba fue disparando la diferencia: 28-43. El 32-51 anunciaba una paliza de cuidado. El Bilbao parecía ir cayendo a la lona y no hacía faltas. Moses se empeñaba en salir al robo y dejaba la defensa en cueros.
El RETAbet se refugió en una zona 2-3 para frenar el juego colectivo tinerfeño. Esta vez los bases, estelares en Las Palmas, se hacían pequeños ante Marcelinho y Fitipaldo. Pero el ADN del equipo de Mumbrú es no rendirse, vender muy cara su piel, y aquello no estaba acabado, ni mucho menos. Kulboka quiso interrumpir el intercambio de canastas que le iba de cine al cuadro visitante y con un triple, puso a los vizcaínos a 13. Endurecieron la presión sobre los pases, subieron líneas y Vidorreta pidió simplificar el juego. Un 12-1 con Brown desatado llevó la renta a 64-72. Buen partido del escolta norteamericano que no sirvió para nada. Remaron hasta la orilla, pero la gesta esta vez eran dos ocholines puestos uno encima de otro. Fitipaldo acabó rematando una noche gloriosa y Dani Díez no falló ni un tiro a canasta. Una inexistente falta de Hakanson al base uruguayo sacó de quicio a Mumbrú, castigado con técnica. Hasta ahí llegó la resistencia de su equipo. La ausencia de esa 'marea negra' que tanto impulsa también pesó lo suyo. Pero ese es otro cantar
Mala puesta en escena
Mumbrú, admitió que "la puesta en escena" de su equipo "no fue buena" y que les faltó "fluidez" en ataque y en defensa para contrarrestar el juego del conjunto insular. "Ellos han estado mucho más concentrados y con más ritmo. Llegábamos un segundo tarde a todas las acciones y nos ha costado encontrar fluidez", reconoció el técnico del equipo bilbaíno en su valoración del encuentro.
Mumbrú añadió que, "sin acabar de jugar bien", sí hubo un momento en el último cuarto en el que lograron meterse en el partido "más que por mérito colectivo por individualidades como los tres triples de (Jaylon) Brown". "Pero es complicado sin afición porque ese es el momento en el que necesitas al público para que te empuje. Tenemos que saber jugar con estas cosas. Ellos han estado bien y nos han hecho daño en 'pick&roll'. No hemos estado bien y tenemos que pensar en el siguiente rival, que es el Barcelona", concluyó Mumbrú.
Gran defensa tinerfeña
Vidorreta, destacó que las claves de la victoria fueron la "extraordinaria defensa" realizada en la primera parte y su "equilibrio" cuando los locales se acercaron en el marcador. "Hemos cambiado lo que Alex (Mumbrú) podía esperar porque tenía claro que teníamos que alargar la rotación. Hicimos muchos cambios en el quinteto, nos hemos adaptado y nos ha salido bien", valoró el técnico bilbaíno tras el encuentro.
Vidorreta subrayó que en el aspecto defensivo sus jugadores estuvieron "top" y tras el descanso, que alcanzaron con una renta de 13 puntos, jugaron con "mucho equilibrio y acierto". "Cuando ellos ha tenido la racha de acierto, con los tres triples de Brown, hemos mantenido la cabeza fría. Ahora vamos a Murcia con dos victorias, mucha ilusión y habiendo superado una triste lesión como la de Todorovic. Este equipo siempre tiene la capacidad de reconstruirse", ensalzó.
Por último, Vidorreta, leyenda del club vasco, envió un "recordatorio con mucho cariño" a la afición del Bilbao Basket. "Se hace extraño visitar Miribilla sin público. Mando un gran saludo a la marea negra", dijo el técnico de Indautxu.