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LIGA ENDESA | 1ª JORNADA

Llull lidera al Madrid

Laso dejó en Madrid a Campazzo, Rudy y Randolph. El menorquín, ahora escolta, anotó 18 puntos en 17 minutos y ayudó a romper el duelo cuando el Gipuzkoa se puso 64-68.

Sergio Llull saca el catalejo después de meter un triple.
Sergio Llull saca el catalejo después de meter un triple.ACB PHOTO

La vuelta del Gipuzkoa a la ACB, después de meses de trabas y de completar la plantilla de una tacada en menos de una semana, fue esperanzadora para el club de San Sebastián, que de momento jugará en Bilbao de local, en Miribilla, por obras en su pabellón. El estreno llegó ante el campeón de la Supercopa, que perdió efectivos antes de emprender el viaje, pero que tuvo de líder a un destacado Sergio Llull (18 puntos en 17:11 con 7 de 12 en el lanzamiento). Ni Campazzo ni Rudy ni Randolph (los dos últimos con molestias físicas), tampoco Tisma, habían volado con sus compañeros, que lo hicieron el mismo sábado.

Era el tercer duelo del programa inaugural de la ACB, sin embargo, los aplazamientos por positivos dieron a los dos equipos la posibilidad de alzar el telón liguero junto al Granca-Bilbao. La puesta en escena no fue una exaltación del baloncesto, más allá de que el GBC diera la talla. El Madrid pecó de remolón y, quizá más, de falta de concentración: se despistó cuando tocaba cerrar el rebote y perdió algún balón extra que le lastró en ataque y defensa.

A falta de la excelencia en el juego, vimos cierto frenesí anotador. Laso, que llamó al orden a los suyos en un tiempo muerto del primer cuarto, apostó por un quinteto titular con jugadores con poco protagonismo en la Supercopa: Laprovittola, Taylor y Causeur, que no actuó en Tenerife. El francés embocó un triple y un par de sus características entradas por la izquierda, aunque fue de los primeros en irse al banco. Le relevaba Llull, cuya actuación resultó de lo mejor del Real. Nueve puntos seguidos en el segundo acto, y más que eso, rapidez de piernas y de mente, con diferentes recursos para acercarse al aro con penetraciones seleccionadas y dañinas para el rival.

En los locales, que sufrieron en la defensa del bloqueo y continuación, estuvieron bien en ataque los bases (el argentino Faggiano y el esloveno Span, si escondemos su 0 de 7 de tres) y el exmadridista Radoncic, ahora cedido por el Zaragoza, dejó detalles para el futuro. Le gustó a su técnico, Marcelo Nicola, la valentía del 2,14 Okouo y, sobre todo, los recursos del colombiano Jaime Echenique, de 2,11, dotado para el tapón (tres colocó) y con buena mano, como la de otra torre, el sueco Magarity, y la del escolta Dee, en pique deportivo con Carroll.

Boom Boom y... luego Llull

El Madrid apretó atrás en la reanudación, con Jaycee por primera vez sobre el parqué y Thompkins por Garuba respecto al inicio. Boom Boom enlazó 11 puntos y su equipo, más serio en lo básico y con Laprovittola bien al timón (4 de sus 6 asistencias entonces), cogió la primera ola buena de la noche: 49-61 tras un 0-11. Y poco después, 53-68.

El duelo parecía roto, no todavía. Magarity agarraba una racha y Garuba se iba al banco para cubrirse la cabeza con una toalla, como hacía Doncic en los malos momentos: 64-68. Había pulso y, ahora sí, lo quebró Llull. El GBC dejó correr, casi volar, a su adversario y el menorquín no perdonó. Dos triples y entrada soltando el balón muy pronto y muy alto. “Busco trucos para no depender tanto del físico”, explicaba el otro día en El País. Una cosa no quita la otra, porque también se le ve veloz. Ahora, siempre como escolta, eso sí. Faena de aliño blanca, la primera victoria en una Liga que da vértigo, por sus 36 encuentros de fase regular y por la incertidumbre, incluyan ahí el aluvión de aplazamientos y pruebas PCR que les esperan a los implicados.