MOVISTAR ESTUDIANTES | MARIANA GONZÁLEZ
"Me alegra que la gente me asocie con los valores del Estu"
Mariana González deja el conjunto colegial tras defender su camiseta durante 16 años seguidos tanto en cantera como en el primer equipo.
Mariana González (Madrid, 11 de noviembre de 1988) es leyenda en el Movistar Estudiantes. La gran capitana anunció el pasado 30 de junio que dejaba el conjunto colegial tras 16 temporadas seguidas entre la cantera y el primer equipo. Es la máxima anotadora (2.648 puntos) y reboteadora (1.493) en la historia del Estu femenino, con el que ha jugado 295 partidos, también tope en el club del Ramiro. Y todo ello compaginándolo con su trabajo de fisioterapeuta en el Centro Médico Magariños. Un adiós muy triste.
¿Está segura de dejar el Movistar Estudiantes?
Sí. Al principio me costaba mucho verlo y pensar en seguir adelante con la idea. Pero sí, estoy segura. Se me hará duro cuando vea a las chicas y al equipo entrenar, verlas en el Magariños…
En los últimos veranos ya rondó por su cabeza este adiós, ¿por qué ahora?
No sé qué ha cambiado de un año para otro. Quizá tengo más edad. Quizá que ya sé lo que es jugar en Liga Femenina 1. Porque sé lo que es compatibilizar, o tratar de compatibilizar, el trabajo con jugar y no me gustó del todo esa sensación en el pasado. No me gustaría repetir de nuevo la misma experiencia si no cambio algo y no encontraba la motivación para hacerlo.
¿No es injusto tener que decidir entre el baloncesto y el trabajo?
Es injusto, pero es así. Es una realidad. No todos los equipos pagan como para que las jugadoras puedan dedicarse solo al baloncesto. Necesitamos un futuro, algo con lo que vivir el día de mañana. No puedes dedicarte plenamente a algo que te encantaría explotar al 100%. Cómo de real es eso. Luego qué haces, a qué te dedicas. Es difícil. Cuando eres más joven, no lo piensas y da un poco igual, pero ya cuando te implicas tanto en tu profesión, como en mi caso con la fisioterapia, puedes dejarla un año de lado, pero no he encontrado la motivación sabiendo que puedo jugar y trabajar en otras ligas inferiores. Que no es lo mismo, pero al final es baloncesto igual. No en el club en el que yo quisiera, pero es baloncesto.
Su despedida del club ha sido un poco agridulce al no poder hacerlo sobre la cancha por el coronavirus…
Sí. No es como a mí me habría gustado, pero había que tomar la decisión. Ha sido muy complicado y estuve pensando en estar un año más… pero alargar las cosas por acabar sobre la pista, no me parecía muy inteligente.
¿Ha tenido una carrera feliz en el Estudiantes?
Felicísima. Aunque haya tenido dudas los últimos años porque mi cabeza es así, nunca me he arrepentido. Lo habría hecho de lo contrario. He conseguido cosas que jamás me hubiera imaginado, he conocido gente increíble, que hoy por hoy es todo para mí… Además, las últimas temporadas han sido las mejores. Me voy bien. Si tener que hacerlo por una lesión ni sintiéndome físicamente mal… Me voy con una sensación muy buena.
¿El punto de inflexión para conseguir esos últimos buenos años es 2017, con el equipo que consigue ascender en León?
Para mí, sí. Se vio el fruto de un proyecto que se trabajó durante años. A partir de ahí, se nos tomó más en serio, la gente se implicó más y se lo pasó bien… Todo el mundo empezó a disfrutar mucho más.
Y usted comienza a tener más contacto con la prensa, va a la tele… ¡Y eso qué le costaba un mundo al principio!
Me ha costado siempre. Soy muy vergonzosa. No es que no lo llegara a entender, pero era como ‘yo quiero jugar al baloncesto, no quiero tener que hablar, tener que ir…’ pero lo entiendo. Maduras. Me di cuenta qué no pasaba nada, que incluso me gustaba, me lo pasaba bien, conocía gente… Al final, estos dos últimos años, los de boom, también he disfrutado de esa parte.
“No sería mala idea retirar su camiseta, merecidísimo, ejemplo de todos los valores del estudiantes (sic)”. Este mensaje es de Juancho Hernangómez cuando se anuncia su adiós del club. ¿Cómo se queda?
Me emociona. Me da hasta cosilla porque son palabras mayores. Me encantaría, por supuesto. Agradezco mucho sus palabras. Me entra el nerviosismo de que eso pueda ocurrir. Que la gente se haya dado cuenta de que los valores de Estudiantes están en mí, me alegra y me satisface.
¿Cómo le gustaría que se la recordase en el Estudiantes?
Con eso, con los valores del Estudiantes. Con lealtad, lucha, buen rollo… Que la gente comience a recordar jugadoras que han pasado por el club, que también han marcado y han llevado los valores del Estu.
¿Qué queda de aquella chica que comenzó en Capuchinos a jugar al baloncesto?
Pienso que no ha cambiado mucho. Queda todo. Sigo siendo la misma, sigo viendo a mis amigas del colegio con las que jugaba, sigo viviendo el baloncesto igual.
¿Qué es lo que más va a echar de menos?
Pufff. Pues todo. El Estudiantes en general. La gente, los aficionados… para mí el Magariños es un templo, jugar ahí con público es lo mejor que tiene un sábado por la tarde.
Ha dejado a un delfín muy triste… Mándele un mensaje.
(Ríe) Darle las gracias por estar ahí siempre defendiéndonos a muerte. Y por venir a disfrutar de nuestros partidos y por hacer disfrutar a la gente.
Y ahora, ¿qué?
La idea es jugar. Pero primero quiero saber qué hacer en mi vida profesional porque por eso dejo el Estudiantes. No tendría sentido no avanzar en ese sentido para irme a otro club. Primero eso y luego ya sí, que casi al 100%, jugaré.
Y una Mariana entrenadora en el futuro…
Me lo ha dicho bastante gente para no desvincularme del club. Pero es que no me veo, nunca me he visto, me siento demasiado jugadora. No sé si sería una buena entrenadora, si podría mantener la cabeza fría. En un futuro no lo sé, pero ahora el tiempo que invierta en el baloncesto es para jugar.
¿Cómo ve el proyecto del Estudiantes para el próximo curso?
Me parece brutal el equipo que están haciendo. Me parece que van a hacerlo súper bien.