Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

BARCELONA

Ricky Rubio: "La química de aquel Barça nos llevó al título"

Hace diez años, con solo 19 años y fichado a principios de aquella temporada del Joventut, dirigió con maestría al equipo de Xavi Pascual al segundo título azulgrana de la Euroliga.

Regal FC Barcelona's players celebrate after defeating Olympiacos Piraeus to win the Euroleague Basketball Final Four final game in Paris May 9, 2010.  REUTERS/Marko Djurica (FRANCE - Tags: SPORT BASKETBALL)
MARKO DJURICAREUTERS

Convertido hoy en una estrella de la NBA y de la Selección, el 9 de mayo de 2010, un joven base de 19 años, llamado Ricky Rubio fichado a principios de aquella temporada del Joventut del eterno rival azulgrana, dirigió con maestría al equipo de Xavi Pascual al segundo título azulgrana de la Euroliga.

Hoy, con 29 años y la paternidad recientemente estrenada (el pasado 15 de enero fue padre de un niño que se llama Liam)  está en Badalona a la espera de volver a la NBA. ¿Para cuándo está previsto?

Vaya a usted a saber. El día 9 abren los pabellones con entrenamientos voluntarios y en Arizona no será hasta el día 15. Estoy a la espera y cuando me avisen me voy. Tampoco me preocupo mucho porque como no depende de mí cuando me llamen les preguntaré ¿Cómo voy? Lo más seguro es que mi familia se quede aquí.

¿Cómo se ejercita ahora?

Tengo un gimnasio en casa y voy haciendo mis ejercicios. Además, me he adaptado a las nuevas tecnologías y sigo programas de preparación por skype con Raúl López, pero lo mejor es que toda mi familia está bien.

¿Recuerda esa Euroliga de 2010?

Por descontado, además mantengo mucho contacto con Jordi Trias y Víctor Sada y la recordamos a veces. La verdad es que piensas '¿ya hace diez años?'. Estos días he visto varios partidos antiguos y, entre ellos, esta final. En ella se vio a un Barça con un juego muy vistoso y espectacular.

¿Superior al Barça actual de los Mirotic, Tomic, Davies, Higgins y compañía?

Es muy difícil hacer comparaciones, pero sí que es cierto que todos los jugadores de aquella plantilla, excepto yo, estaban en su mejor momento. Si se mira la trayectoria de Juan Carlos (Navarro) esos dos o tres años fueron los mejores, también los de Pete Mickeal, de Erazem Lorbek, de Fran Vázquez, de Boni N' Dong. Así hicimos la temporada que hicimos, además de tener un staff técnico muy bueno.

¿Qué es lo que más recuerda de esa final?

Especialmente la afición, porque daba la impresión de que estábamos jugando en casa. Supongo que fue porque era París y estaba cerca de Barcelona. Allí estaban los jugadores del equipo de fútbol Piqué, Busquets, Puyol, Xavi, Bojan, el presidente del club Joan Laporta y toda mi familia en una grada increíble de seguidores del Barça.

¿Y en la pista?

Que jugamos muy bien, todos como equipo. El resultado fue abultado, pero no recuerdo por cuánto (86-68). Tuvimos el control del juego durante todo el partido frente a un Olympiacos con Teodosic, Childress, Papapaloukas, Kleiza, Schortsanitis, Bourousis... Una plantilla brutal.

¿Había una motivación especial?

Juan Carlos (Navarro) había vuelto de la NBA la temporada anterior y tanto él como la mayoría venían de perder en la semifinal de la Final Four del año anterior en Berlín contra el CSKA Moscú. Yo era un recién llegado pero vi, que con esa experiencia anterior, estaba muy claro que ese año era el de ellos. Como era nuevo, lo veía todo muy bonito: no sabía nada de lo que era llegar a una Final Four y ganar.

¿Se notaba en el ambiente del vestuario?

Había una sensación de no conformarse, de ir a por todo. El objetivo clarísimo de esa temporada era ganar la Euroliga. Creo que por eso se fichó a Pete Mickeal, Erazem Lorbek, Terence Morris y a mí. Pero lo más importante es la química que había y el control de los egos en un equipo con tanta 'estrella' como el que se reunió aquel año y en el que cada uno sabía el papel que tenía que hacer.

Además tenía un 'feeling' especial con Víctor Sada...

Hay algo que no olvidaré y que me dijo Víctor: "Nunca he sido amigo o muy amigo del otro base del equipo porque, al final, competimos los dos por tener minutos y ahora tú eres de mis mejores amigos dentro del equipo y eso nunca me había pasado". Eso es la mejor muestra de la química que había entre todos, incluso ahora mantenemos el contacto muchos del equipo.

¿Es cierto que esa sigue siendo la mejor temporada de su carrera?

Cuando acabó le dije a Jordi Trias que ese iba a ser el mejor año de toda mi carrera en cuanto a conjunto, porque me lo había pasado muy bien y encima habíamos ganado. Diez años después no me he equivocado. Sí que es cierto que en la Selección he encontrado también esa química, pero estoy hablando de estar toda un temporada en un equipo profesional. No he vuelto a tener una temporada con tan buenos momentos.

¿Y también la más divertida?

Bueno, en los entrenamientos, literalmente, nos pegábamos. Al acabar, en el vestuario, jugábamos a las cartas y a mil historias. Lo pasábamos tan bien, que teníamos muchas ganas de estar todos juntos y hacer equipo. Podríamos escribir un libro de todo esas historias.

¿Incluirían la de las hamburguesas al volver de los viajes de Euroliga?

Llegábamos a Barcelona a las dos o las tres de madrugada y en vez de irnos a casa nos íbamos a comer una hamburguesa a un kiosko de delante de la estación de Sants. Hablábamos y hablábamos y no nos acostábamos hasta las 5 de la mañana. Yo no sé que les decían a las mujeres los que estaban casados.

¿Recuerda lo que le dijo Basile, entonces el más veterano del equipo, al final del partido?

Llevaba once años intentando ganar la Euroliga y me dijo que ganar no era tan fácil, que no consistía en llegar y ganar. Era un título muy importante, pero al ser tan joven no lo valoraba como lo hago ahora. (El día antes de la final recibió el galardón como 'Rising Star' (Estrella Emergente) de la temporada 2009 2010).

La Copa abollada

El trofeo de la Euroliga que logró el Barça acabó abollado en el vestuario y Jordi Trías lo revela: "Ricky y yo nos íbamos pasando la Copa, que pesaba bastante, cuando apareció Uri Bonsoms, el jefe de prensa, poco habilidoso con las manos y el pase era muy bueno, pero se le cayó la copa al suelo y se abolló. A día de hoy aún lo está".