El 'Chacho': "El baloncesto nos distrae de lo que preocupa"
Sergio Rodríguez trata de seguir con su rutina en Milán, zona roja del coronavirus, mientras pelea por devolver al Armani a la élite. Su mujer y sus hijas están en España.
Lleva casi dos décadas de carrera en ocho equipos diferentes de cuatro ligas, ¿había vivido una situación tan excepcional?
Sinceramente, no. La temporada, a pesar de los altos y bajos de un proyecto nuevo de club, era muy buena. Me había adaptado y, en el último mes, todo se ha enrarecido por el coronavirus. Tratamos de llevarlo con serenidad, pero es difícil. Nunca había vivido una situación así ni jugado a puerta cerrada.
Se estrenó ante el Madrid.
Y fue muy complicado: mitad entrenamiento, mitad partido. Y luego en Valencia. El baloncesto ahora nos distrae de lo que preocupa.
¿Se centra en la pista?
Es difícil, aunque es la mejor parte del día, cuando olvidas un poco todo.
¿Y su familia?
Durante las Ventanas de selecciones tuve unos días libres y viajamos a Madrid un viernes (el 21 de febrero) en el que empezaron a anunciarse muchos positivos en Milán, así que mis hijas y mi mujer se quedaron en España. Estoy solo. El equipo ha hecho piña y comparte mucho tiempo. En los primeros días de las crisis la vida era más normal, pero se ha complicado. Paso horas en casa y atento también a la evolución en España.
¿Cómo ha cambiado la relación en el vestuario?
Hemos hablado más entre nosotros estas dos semanas que en los seis meses previos.
Tiene compañeros de cinco nacionalidades, ¿echan de menos sus países?
Nos gustaría estar en casa con nuestro entorno y nuestra sanidad, donde nos sentimos cómodos; sin embargo, el problema es global e Italia es un país maravilloso que nos da seguridad. Una mujer de un compañero está embarazada y quizá sea más delicado por la incertidumbre, los hospitales.
¿Cuáles son las últimas noticias que afectan al equipo?
El viernes llegamos de Valencia a Milán y el sábado nos anularon el partido del domingo. No jugaremos en la Lega hasta el 3 de abril y andamos expectantes con la Euroliga. Italia es zona roja, difícil para los rivales e incluso para viajar nosotros a otros países. El decreto ley del gobierno italiano nos permite disputar la competición europea siempre que sea a puerta cerrada, porque garantiza que los equipos puedan venir. Es una situación que va más allá de los jugadores, los entrenadores y los árbitros. La Euroliga debe afrontarla y crear fortalezas como liga para el futuro. Prevención y tranquilidad para tomar decisiones a medida que vayan evolucionando las cosas.
¿Hay normalidad en los entrenamientos? ¿Os ducháis, por ejemplo, en las instalaciones o en casa?
Bastante normalidad. Antes podías secarte el sudor con una toalla de otro y ahora intentas evitar esas cosas. Algunos empleados de la oficina del club trabajan en casa. El grupo que comparte el día a día es reducido. Hay precaución, pero ya la hubo en noviembre cuando varios jugadores enfermaron. Existe una responsabilidad, puesto que un contagio afectaría a todo el equipo por la posible cuarentena. Estamos preocupados incluso más por la situación que por el virus, aunque debemos tener confianza en los estamentos, en la gente al cargo y no volvernos loco, mantener el sosiego y una postura coherente.
Dijo en su día que disfrutaba de la comida y de Milán.
Ahora disfruto de la pasta en casa. El año estaba siendo buenísimo por la ciudad, la gente, el equipo… Esperemos que se resuelva pronto y trataré de sacar algo positivo de la excepcionalidad.
Hablemos de baloncesto: ¿van a jugar el playoff?
En los tres años previos con el actual formato siempre se ha metido el que parecía que no lo haría. Lo veo bien. Tenemos ganas y un buen calendario con rivales directos a los que hay que vencer. Venimos de hacer un gran trabajo durante la temporada.
¿Cómo se siente como líder indiscutible?
Para que un equipo tenga éxito debe haber momentos para todos. Y eso es lo que intento, ayudar a mis compañeros para que sean mejores. Me encuentro muy cómodo en la situación actual, igual que lo estaba en el CSKA y en el Madrid .
Parece que ha congeniado con Luis Scola.
Mucho. Para mí es importante que esté aquí este año. Los dos atravesamos un momento de nuestra carrera en el que disfrutamos y exprimimos al máximo cada cosa que hacemos. Nos encanta entrenar, competir y ganar.
¿Se verán en Tokio?
Ojalá, aunque es difícil hacer planes más allá de la próxima semana. Estar con la Selección es un orgullo.
¿Ha cambiado mucho Messina tras volver de la NBA?
Sí, mucho, y para mejor dentro de un proceso natural. Es uno de los grandes entrenadores de la Euroliga de los últimos 30 años y mantiene el deseo. Sabe lo que necesitamos para ganar y está muy ilusionado, igual que nosotros.