La relación entre el Panathinaikos y el Olympiacos ha sido históricamente mala. Pero desde la temporada pasada, la tensión ha subido a cotas nunca antes vistas. El equipo de El Pireo, incluso, descendió a la Segunda División griega al negarse a jugar contra sus vecinos en los cuartos de final del playoff. Meses antes, durante las semifinales de la Copa, el Olympiacos se retiró en el descanso del derbi como protesta por la labor arbitral.

Y esta semana, nuevo capítulo. El PAO ha acusado a su eterno rival de alentar actos violentos durante el partido que les enfrentó a ambos en el Pabellón de la Paz y la Amistad, correspondiente a la 27ª jornada de la Euroliga. El encuentro finalizó con victoria por la mínima para los locales: 81-78.

Los verdes aseguran que el Olympiacos está en “plena cooperación con hombres enmascarados”. “Aquellos que los propietarios del club han estado abrazando recientemente, se encargaron de crear un clima de terrorismo para nuestro equipo”, señalan en un comunicado, en el que instan al gobierno heleno a tomar medidas por unos hechos que siguieron a la presencia de Dimitris Giannokopoulos, dueño del Panathinaikos, en el pabellón. También mencionan ataques a un miembro de su junta directiva. La Euroliga ha abierto un procedimiento disciplinario contra el club de El Pireo.