Scariolo: el corazón dice sí, la cabeza duda sobre la renovación
La FEB y el seleccionador aún no se han sentado a negociar una renovación que sólo depende del italiano. Por la Federación, "ya hubiese renovado".
Sergio Scariolo se marchó a toda prisa del Príncipe Felipe de Zaragoza el pasado domingo para poder llegar a Madrid y enlazar con el vuelo que le llevaría de regreso a Toronto, donde vuelve a estar completando una temporada brillante codo a codo con Nick Nurse, técnico principal de los Raptors, actual campeón de la NBA. Pero en España, y con menos prisa porque es una decisión trascendental, le queda algo importante que resolver antes de los Juegos de Tokio. El asunto de su renovación. Como bien resumió a AS en septiembre de 2019: "Mi permiso, como Cenicienta, caduca a medianoche del último partido de los Juegos. Ahí la carroza se convierte en calabaza".
A Scariolo, el corazón le pide renovar y continuar el matrimonio al que ha entregado muchos años de su carrera con enormes resultados que han elevado su prestigio a nivel mundial. Es un tipo temperamental, pero a la vez muy cerebral. Por eso quiere reflexionar sobre otras variables.
"Si fuera por nosotros, ya habría firmado", aseguran a AS fuentes de la FEB, que sabe aceptar que los tiempos de la renovación, que aún no se ha empezado a negociar, los marque Scariolo. Garbajosa manejó con talante y suavidad la última situación de crisis (verano de 2018) y permitió compaginar al italiano el cargo de seleccionador con el de ayudante de los Raptors, aunque se garantizó el componente presencial del italiano en las Ventanas, factor que se ha revelado clave con el paso del tiempo en el viaje desde Podgorica, en noviembre de 2017, al triunfo en el Mundial de China en septiembre de 2019.
Los resultados dieron la razón al buen pulso de Garbajosa, que esta vez también quiere estar clarividente y, sobre todo, no precipitarse ni exigirse demasiada prisa en una decisión trascendente. A nivel interno, en la FEB suele ponerse el ejemplo de la crisis que generó la destitución de Lopetegui en vísperas del Mundial de Rusia, cuando la solución de emergencia de Fernando Hierro no funcionó. Garbajosa no se enredó pese a las presiones que sufrió (incluso desde dentro de su propio equipo de trabajo) y permitió, con éxito, que el técnico pudiese compatibilizar los cargos de entrenador y ayudante de los Raptors.
Básicamente, nada ha cambiado desde el Mundial de septiembre. Scariolo dio un paso al lado en la dirección de la cantera tras dejar el proyecto encauzado por cuestiones de tiempo. Ahora valorará, según cuatro aspectos, su continuidad: el proyecto de la Selección, los Raptors, su familia (trasladada este año a Estados Unidos, donde su hijo Alessandro estudia en Manhattan) y el componente económico.
En la FEB están seguros de poder convencer a Scariolo para que continúe, y se muestran incluso dispuestos a hacer un esfuerzo extra económico. Por eso no se quieren poner en el escenario de pensar en un sustituto. Sí les gustaría, no obstante, que el asunto se afrontase con tiempo. De lo contrario, explorar el mercado para encontrar entrenador se complicaría y quedaría poco margen de maniobra. Es cierto que siempre se puede estirar la situación. Después de los Juegos de Río, Scariolo todavía no había resuelto su futuro y terminó renovando. Esta vez, sin embargo, hay un componente de cierto peligro: las Ventanas. Tras Tokio, España tendrá que enfrentarse a un doble duelo contra Israel y Rumanía en el que estará en juego parte de la clasificación para el Eurobasket de 2021. No se quiere dejar al aire el nombramiento de un seleccionador.
La relación FEB-Scariolo ha sido fructífera en las dos etapas y en ambos sentidos. Que el seleccionador más laureado con diferencia de la historia del baloncesto español (un Mundial, tres oros en el Eurobasket, una plata y un bronce olímpicos), continúe es una prioridad lógica para la FEB. Pero ahora también esperan un guiño de Scariolo, que quiere retrasar la negociación y la decisión hasta donde pueda porque incluso a nivel personal no es fácil de afrontar. Pero Scariolo deberá entender los tiempos de la FEB. Desde el entorno del seleccionador hay cierto "pesimismo" en los últimos tiempos. Pero el final en las negociaciones Scariolo-FEB siempre ha sido feliz hasta ahora.