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MUNDIAL DE CHINA | BRASIL 71 - REPÚBLICA CHECA 93

Satoransky cerca del triple-doble: la República Checa roza el pase

El base de Chicago Bulls acabó con 20 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias para 35 de valoración ante Brasil que se complica la vida en este Mundial.

Tomas Satoransky pasa ante Varejao y García durante el Brasil - República Checa.
FIBA

La República Checa continúa inmersa en un bello sueño. En el primer Mundial de su historia desde su independencia en 1993, la selección centroeuropea está a un paso de alcanzar los cuartos de final tras doblegar, con un elegante y contundente juego, a Brasil. Fue un claro 71-93 que le permite mirar su último encuentro frente a Grecia con optimismo: tiene ganado el basket averaje con los sudamericanos y en el +/- acumulado está en +29. Los helenos, a la espera de su duelo contra Estados Unidos, llegan al +39, mientras que su rival hoy (que se las tendrá que ver con los norteamericanos este lunes), a un -2.

El gran culpable de los pasos de gigante checos es Tomas Satoransky. El exjugador del Barcelona, un base atípico de más de dos metros, promedia en lo que llevamos de Mundial 15,9 puntos, 5,5 rebotes, 7 asistencias (tercero en el ránking) y 1,5 robos para ¡21,3 de valoración (quinto)! Ha reventado las medias que traía de su última temporada en Washington Wizards (el próximo curso jugará en Chicago): 8,9 tantos, 3,5 capturas, 5 pases de canasta y 1 robo.

En el duelo frente a Brasil, continuó por esa senda autoritaria y casi alcanza el primer triple-doble de la historia en un Mundial con 20 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias para 35 créditos de valoración en casi 30 minutos de juego. Fue el eje de la República Checa junto a Ondrej Balvin. El pívot del Bilbao Basket fue un coloso en la pintura con 15 tantos y 11 capturas. Capital para que los checos dominaran el juego interior frente a los brasileños: 46 puntos en la pintura por 28 del conjunto de Aleksandar Petrovic, que ha perdido toda la ventaja que adquirió con la genial victoria frente a Grecia en la primera fase.

Con ambos jugadores impartiendo justicia, la República Checa llegó al descanso 13 puntos arriba (32-45). Una ventaja momentánea que se estiró en el tercer cuarto hasta casi los 20 (46-55) y alcanzó una máxima de 39 en el último tramo del cuarto periodo (54-83). Toda una exhibición con una única mancha: la lesión de Blake Schilb, que no pudo acabar el duelo.