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BILBAO BASKET 79-PALENCIA 61

El Bilbao fulmina a Palencia y se verá con Melilla en su Final Four

Casi 10.000 personas en Miribilla. Los castellanos cayeron con mucho honor en un partido de desgaste. El segundo clasificado se apoyó en Schreiner y Brown: 3-2. Palma-Ourense, el otro cruce.

Salgado, en hombros tras la victoria
Salgado, en hombros tras la victoriaBILBAO BASKET

El Bilbao Basket sudó lo suyo pero ya está en su Final Four, la del 1 y 2 de junio. Por lo tanto, se jugará el ascenso en Miribilla, en una cancha en la que desde los tiempos del subcampeonato ACB y la Euroliga flota un ambiente místico. El 3-2 ante el Palencia cayó por desgaste, físico, metros de plantilla, determinación de Brown y experiencia de tipos como Schreiner y Salgado. Fue tras el descanso. Cuatro triples y un tiro libre acabaron por desmentir la candidatura morada, la de un equipo que ha jugado sus bazas con el convencimiento de los Warriors y al que solo cabe felicitar. Pocas veces, por no decir ninguna, se han visto en LEB Oro 10.000 gargantas en unos cuartos de final. Así es imposible perder. Los bilbaínos se verán las caras en semifinales con el Melilla, al que ganaron dos veces en la liga regular. En la otra parte se anuncia un Palma-Ourense (los baleares ganaron al Granada en un drama cifrado en 76-75). No puede haber equipos más alejados de Bilbao: dos que llegarán en avión pasando el mar Mediterráneo y otro en la esquina noroeste peninsular.

El primer cuarto del desempate ya delimitó el terreno que se iba a explorar: 30 puntos entre los dos, muchos nervios y poquísima fluidez. La constante de esta serie se mantuvo: el Bilbao Basket fiaba gran parte de su porvenir al tiro exterior y el Palencia dormía el juego, lo llevaba al extremo físico, impedía, perfectamente organizado y con su gran balance, el contraataque y marcaba la pauta con sus alternativas defensivas. Los dos salieron a fuego, sin dejarse nada en la despensa. En este tipo de noches a vida o muerte, se desenvuelve como pez en el agua Otegui, porque ha vivido mil películas de ahorcados en el que él era quien apretaba la soga. Tomó las riendas ante jugadores que jamás se habían visto en otra: diez mil enfervorizados hinchas y un billete para una Final Four.

Kone ha reflejado la cara y la cruz de la serie. En los anteriores partidos de Bilbao pasó de puntillas por las faltas personales y en los dos últimos ha dado una gran rotación, con mucha capacidad atlética para ir al rebote y lecturas atinadas en el juego entre pívots. Otra cosa es Grimau, al que se le hizo muy cuesta arriba tantos partidos en 12 días. La igualdad era máxima, apenas había más tirones que un 8-0 local en el segundo acto para dibujar un 25-21. 

El Bilbao Basket salió tras el descanso decidido a romper el partido y, de una vez por todas, la eliminatoria. Schreiner, que ha ido entonándose según avanzaba el cruce, metió dos triples seguidos y Rigo embocó otro para dejar todo encarrilado: 45-38 a falta de 13:49. El cansancio empezaba a hacer mella, pero el cuadro chocolatero se amparó en Vasturia para volver a erguirse. Los vizcaínos cogieron ritmo al fin, aunque volvían a ser poco hábiles a la hora de utilizar las faltas: consentían canastas y adicional, mientras que los castellanos no se andaban con florituras: o cesta o falta pero nunca las dos cosas.

El último acto arrancó con 51-45. 190 minutos y aún todo por decidir. Esos minutos sumaron un ilustrativo 28-16. Porque llegó el demarraje. Un nuevo arranque incendiario de los 'hombres de negro' dio una ventaja de 13 (a siete minutos para finalizar) tras cuatro tiros libres seguidos de Brown: 61-48. A Zubizarreta le pasó factura anímica esta concatenación de pulsos y también venía débil por sus molestias en el tobillo; la gente la emprendió con él por su dureza y dedicó dos gestos a la grada. Al final, que nadie se equivoque, es un gran chaval, que hasta envió por twitter ánimos a su exequipo cuando todo acabó. Los triples ante la zona acabaron fundiendo al  Chocolates Trapa. Los metieron Matulionis en el eje central y Brown más esquinado. Con 15 arriba (67-52) y la quinta falta de Vasturia, el equipo de Marco no tuvo más remedio que claudicar. Luego le cayó un tiro libre de Lammers y otras dos supercanastas desde la esquina contraria (74-57), del propio Brown y Salgado. Mucho honor y gloria a un equipo que fracasó en la liga regular (noveno) pero que ha jugado el playoff tuteando al segundo, el puesto de un Bilbao, serio esta noche, que si gana los dos próximos partidos en su guarida regresará a la ACB un año después, como el Betis. Estuvo bien en la Copa Princesa y la fase regular. Ahora viene el tercer escenario, el más importante. Miribilla acabó con una comunión entre aficiones. Es lo bueno del baloncesto, mal día para los que tratan de ahumar este precioso juego.

Mumbrú: "Jugamos diez mil cinco contra cinco"

Mumbrú estaba aliviado con la clasificación. "Jugar en casa con este ambientazo, es un plus muy grande". Esta serie tan dura a cinco partidos les ha curtido para la Final Four y "te confirma el trabajo diario que empezamos el 20 de agosto". Vio a su equipo "muy serio" y entiende que jugaron "diez mil cinco contra cinco". Carles Marco acabó aplaudido en la sala de prensa de Miribilla. Señaló que le gustaría seguir en Palencia y en cierto modo estos grandes cinco partidos les endulzan una mala liga regular. No olvida que jugó en Bilbao Basket. "Me gustaría que fuera favorito en la Final Four y ganara por afinidad, que ascienda".