Bilbao y Palencia también van al quinto partido en el playoff LEB
Como el Melilla-Valladolid y a la espera de lo que pase en el Granada-Palma. El Ourense, el único que está en la Final Four por ahora. Los pupilos de Marco ganaron por intensidad.
Los playoffs de la LEB tendrán al menos dos desempates, a la espera del cuarto partido, esta tarde, entre Granada y Palma. Con Ourense como único clasificado para la Final Four de Bilbao, tras cepillarse por la vía rápida a Oviedo, el miércoles se viene un Melilla-Valladolid y un RETAbet-Palencia para dilucidar dos pasajeros en esa cita a primeros de junio en Miribilla. Hay quien odia este tipo de eliminatorias. Cuando se va a la última gota de sudor, a la quinta entrega, la emoción y la pasión tapa la reivindicación de un mayor premio en una fase regular. Para eso ya está el máximo caramelo del ascenso al líder, al Betis.
El Palencia actuó con la postura debida en un equipo que sabe que está ante el 'victoria o muerte. Empató la serie ante el RETAbet en un final con muchos nervios, en el que la veteranía de Otegui y las ganas de Cvetinovic, la figura del choque, pudieron con un Bilbao que falló tres tiros libres claves. Desde el inicio se notó que había mucho en juego, por una tensión difícil de manejar. Por intensidad, el cuadro castellano trató de hacerse con un colchón de puntos que evitase llegar a un final ajustado, pero no lo consiguió. Le dio igual. Surgió Kone en la serie, con minutos de calidad ayudando en el rebote y aportando físico cerca del aro, y especialmente Cvetinovic, para dar aliento a los primeros espadas del equipo palentino. El Bilbao Basket sabía que tenía una red de seguridad, en casa el miércoles, y actuó más cómodo, fiándose del triple, mientras su rival incidía más por dentro.
Mumbrú y Marco fueron salpicando con con zonas o amagos de esa disposición el choque para ir variando ritmos y hubo una fase en el pésimo tercer cuarto en el que ambos parecían jugar al despiste. Había muchas imprecisiones, chispas en cada contacto, no era el día para adornarse. El RETAbet tuvo cierta inspiración en el primer cuarto, dándole al bloqueo directo, un arma de la que abusó durante los 40 minutos (en los tres siguientes no pasó de los 13 puntos). Los tiros eran puro drama. El partido era muy trabado, costaba un mundo circular el balón. El Palencia tuvo varios ataques para clavar la puntilla al enemigo tras adquirir nueve de ventaja con un clásico tiro de Otegui abierto: 43-34, a falta de 17:38. Poco antes, los bilbaínos habían agotado la posesión sin tirar y el partido se había envuelto en un correcalles. Los locales se pasaron cuatro minutos sin anotar y la diferencia se estrechó hasta el 45-41. Matulionis, horrible en la matinal, cometió una antideportiva casi con un placaje y dio aire a los locales. El tiro era un quebranto para los dos pero en estas, Cvetinovic metió la más difícil (llevaban hasta ahí el Chocolates Trapa 3/18 desde el arco), punteado y en el último segundo de posesión: 53-44, a 7:45 para concluir. Mumbrú lo intentó con dos bases y hasta con Edu Martínez de cuatro para tener más claridad de ideas, pero la defensa rival era rigurosa.
El final quedó abierto porque Cruz tomó la responsabilidad, pero falló dos tiros libres importantísimos y Brown, otro. Entre jugadores que se las saben todas andaba el juego y Otegui trató de coger la responsabilidad en el otro aro. Pero falló un triple a 16 segundos; ese balón suelto en tierra de nadie, que era medio partido, parecía llegar a manos de Lammers, cuando Cvetinovic se lanzó como un jabato a por él. El Bilbao Basket no estaba en rango de tiros libres por faltas y tuvo que ir gastándolas hasta llevar a Urko a la línea fatídica, pero no falló. El miércoles, la resolución.