El CSKA reina en Europa y Sergio Rodríguez hace historia
El equipo ruso logra su 8ª Euroliga y va a la caza del Madrid, que tiene diez. El trío Higgins, De Colo y el MVP Clyburn neutralizó el poderío de Larkin. Segundo título para el Chacho.
El Madrid podría estar celebrando ahora su Undécima Euroliga, pero cedió una ventaja en la semifinal que el CSKA sí supo aguantar en el partido decisivo. El equipo del ejército rojo compensó las acometidas de un genial Larkin (29 puntos), que dejó alguna penetración para la antología, y alzó su octava Copa de Europa. Volvió a patear fantasmas, los que le perseguían de derrotas anteriores. Y es que solo hay una verdad inmutable: el que más llega es el que más pierde, y el CSKA llega siempre. Se hace así más fuerte en la segunda plaza del palmarés continental, a la caza del club blanco, que tiene diez trofeos.
Fue un bloque sólido en la final y la gobernó con Clyburn de MVP de los dos partidos, el Antetokounmpo europeo, según Ataman, y con un Higgins completísimo (20 puntos por barba). Y también resolvió con De Colo, que acaba contrato y quiere volver a jugar en España (no entra en los planes del Barça, así que hagan cábalas). El francés, como el viernes, resultó decisivo en el último cuarto, con 8 de sus 15 puntos.
La receta de los de Itoudis cuesta más ponerla en práctica que contarla: defensa muy móvil y acierto descomunal en el triple, 14 de 22, tras una muy buena circulación de balón con jugadores excelentes en el uno contra uno. Y ahí, en medio de la celebración, con cara de triunfador, Sergio Rodríguez, menos trascedente esta vez (6 tantos en 14:32), pero sin él, el CSKA habría jugado por el tercer puesto. Sostuvo a los suyos en semifinales cuando el barco amenazaba zozobra. Segunda Euroliga para el tinerfeño, tras la de 2015 vestido de blanco. La primera que consigue un jugador nacido en España con un equipo extranjero.
Espectacular arranque con los dos equipos encañonándose sin tregua, aunque el ya campeón amagó con cargarse la final: 20-34. Ataman metió su mejor carne en el asador y, con Larkin, Micic, Simon y Dunston, armó la reacción: 45-44. El mazazo llegó con la cuarta personal de Dunston. El Efes sufrió sin su velocidad y fuerza atrás. Hines se agigantó y Clyburn surgió entonces con fuerza; Higgins no se había ido. La nave roja se puso 14 arriba en el minuto 28. Hubo susto (81-85), pero no remontada completa. El CSKA vuelva a reinar, no hay mal que cien años dure, dicen ahora en Moscú.