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R. BILBAO BASKET 88 - C. TRAPA PALENCIA 59

El ascenso del Betis se aplaza: el Bilbao aplastó al Palencia

El equipo de Mumbrú dio una exhibición de poderío absoluto ante un Palencia que trató de suplir su falta de recursos con una dureza excesiva. Cruz y Matulionis, los mejores.

Mate de Larsen ante Otegui
Mate de Larsen ante OteguiRBB

El ascenso del Betis deberá esperar. Queda aplazado, en teoría una semana. Lo tenía en la ventanilla de expedición pero le faltaba el último sello, el de la derrota del Bilbao Basket. Y éste no anda dispuesto a regalar ni el aire que flota por su pabellón. Si se merendó al propio líder en Miribilla semanas atrás (+30, esta vez llegó a segunda mayor paliza del curso), si completó el previsible 3-0 con los colistas antes de hoy, ahora tocaba dar cuenta de un Palencia que le sacó los colores en la primera vuelta. Le llegó a arrinconar con 36 puntos de ventaja (80-44, tras tiros libres de Larsen, a falta de 6:05) y se dio una mañana con baño de autoestima. A este nivel podría decirse que habría tuteado durante la temporada a ese Betis con media etiqueta ACB. Todo llevó color de negro en la soleada jornada vizcaína: el RETAbet protegió muy bien el aro, llevó el ritmo como quiso y sacó un arsenal de equipo largo que destrozó a los morados, cuyos porcentajes fueron paupérrimos; se dedicaron a hacer cada uno la guerra por su cuenta (lo de Aranitovic al final maquillando estadística fue antológico) y el grupo se fue desquiciando de una manera lastimosa. ¿El average? Era de +7 para los chocolateros, así que destrozo absoluto.

Al Palencia solo le quedó el recurso de endurecer el partido. Y se le fue la mano en algunas ocasiones, pero es medio comprensible por la impotencia que sentía. Hasta el punto de que en una jugada defensiva en medio campo de Zubizarreta (su regreso a Bilbao fue con armadura), se dañó la rodilla Salgado y se mosqueó con el ex 'hombre de negro' por todas las que llevaba de antes. Por fortuna no fue nada grave y pudo reingresar en la pista. Los árbitros no cortaron los cuchillos visitantes y se les fue el partido de las manos. Trataron de enfriar los ánimos con una técnica a Mumbrú y una antideportiva al Chocolates Trapa. "El Bilbao tenía agresividad, nos estaba sacando del campo", rubricó Carles Marco. Así que elevaron el listón de la dureza. A veces la actividad se confunde con dureza, pero ahí es donde tienen que alzar la voz los colegiados.

El Bilbao ya no arranca expectante. Ahora lo hace con el turbo, dejando rienda suelta a Brown. Matulionis le va cogiendo gusto al asunto y el perímetro cada vez está más consolidado, con Edu Martínez, Rigo y Huertas conociendo su rol saliendo desde el banquillo. Esta vez Schreiner no anotó y Mumbrú le hizo un gesto cariñoso al final en el banquillo: su dirección abarcó 7 asistencias y nadie acumuló más ventaja que él en pista (+25 puntos), así que no hay queja. No desentonó desde luego y tampoco se volvió loco con el tema de la anotación. Es el resumen de lo que va logrando este equipo: no hay egoísmos. Y por dentro, en cuanto sale Lammers se nublan las zonas para el enemigo. Además, abre como nadie la lata con Cruz (un microondas con infinidad de recursos por línea de fondo). Un parcial de 14-0 (46-22) dejó el encuentro visto para sentencia. El pívot norteamericano jugó solo tres minutos en el segundo tiempo y no salió en el cuarto final, porque tenía tres faltas y Larsen estaba siendo el amo de la pintura (sacó seis faltas). Hechuras de equipo grande. Segunda tacada con cuatro victorias este año. Esto va en serio. La segunda plaza recupera aún con más fuerza la candidatura de un equipo definitivamente fiable. El Betis ya está en un universo diferente. El otro descendido trata de seguir su estela.