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NBA

Pau, Nowitzki, Howard... el fin de los hombres altos 'de antes'

Cada vez cuesta más ver a hombres de muchos centímetros jugar de la manera tradicional y los jugadores de antes están teniendo dificultades para adaptarse a los nuevos tiempos.

Actualizado a
Pau Gasol y Nowitzki, durante un partido
Ronald MartinezGetty Images

La última jornada de la NBA nos dejó algunos detalles que pueden ser importantes para hacer una radiografía actual del momento que vive el baloncesto americano. Pau Gasol volvió a quedarse sin jugar con los Bucks, mientras que Embiid se erigió como líder de los Sixers y anotó 40 puntos (con 15 rebotes y 6 asistencias)... con 4 de 13 en triples. Este dato dice mucho y pone en evidencia una tendencia que ya se viene anunciando desde hace algunos años... el fin de los hombres altos tradicionales en la NBA.

El caso del jugador de Sant Boi en la presente campaña ha sido muy comentado. El bajón drástico que ha experimentado puede tener varias explicaciones: la lesión del pie, la edad, la irrupción de jugadores más jóvenes... o simplemente, la evolución de un baloncesto en el que los jugadores altos de antes cada vez tienen menos cabida.

Pau es solo uno de muchos ejemplos. Si vemos las plantillas de la liga americana una por una, podemos observar que los pívots clásicos, esos que en su día fueron grandes defensores de muchos centímetros o jugadores que se manejaban muy bien en el poste, o bien tienen un papel residual en sus plantillas o se encuentran en franquicias que están totalmente fuera de la lucha por los playoffs.

El caso de Nowitzki también es un ejemplo. Sus características físicas se asemejan a las de Gasol. Con dificultades en los emparejamientos defensivos y en los movimientos laterales, ya tampoco tienen la fuerza suficiente para postear a hombres interiores más fuertes, lo que hace es muy difícil encontrarles un sitio en el esquema de juego actual. Sus limitaciones defensivas eran menos evidentes hace años, con un baloncesto en el que había otros pívots y donde no tenían que ir a la línea del triple a defender a jugadores más pequeños y rápidos. De hecho, las parejas interiores de Pau y Nowitzki cuando ganaron sus anillos eran Bynum y Odom del español o Chandler del alemán. Los dos primeros están retirados y el segundo tiene un papel testimonial en Los Ángeles.

Todos tiran triples

No cabe duda de que en los últimos tiempos el baloncesto ha cambiado mucho, y esta evolución (o involución para algunos) ha venido acompañada de la retirada de muchos hombres altos que antes dominaron la liga. Shaquille O'Neal, Tim Duncan, Kevin Garnett... son solo algunos de los que han dejado el deporte en la última década, en la que hay un nuevo perfil de jugador interior: fuerte, rápido, y con menos centímetros que antes. Jugadores que tiran muy bien de tres, que defienden muy bien tanto dentro como fuera, o que saben hacer las dos cosas. Un cambio claro y rotundo respecto al pasado.

El duelo entre los Bucks y los Sixers es una muestra más de este cambio. Embiid tiró 13 triples (metió sólo 4) en el choque, algo muy inusual para un hombre alto en años anteriores, pero muy normal hoy en día. Esta tendencia la podemos ver también en su compañero de generación Karl-Anthony Towns y nos hace preguntarnos como podemos hacer cuadrar a gente como Pau o Nowitzki (otra vez) en el actual esquema de juego. El español puede tirar triples y el de Dallas es de los mejores lanzadores de todos los tiempos, pero cuando salen... ¿a quién pueden defender?

Al final, se les deja de lado para dar prioridad a otros baloncestistas que aunque tengan menos experiencia plantean menos problemas de emparejamiento (D.J Wilson en los Bucks) y también tiran de tres. Porque ahora en la NBA todo el mundo tira de 3. Incluso un hombre como Gregg Popovich tan amante del juego 'de antes' se ha tenido que rendir a esta evidencia y prescindir de jugadores con fundamentos (como el propio Gasol) que antaño eran sus preferidos.

Esto ha dejado de lado también a grandes jugadores que antes fueron (o podrían haber sido) ese perfil dominador en la liga. Dwight Howard, que cuajó el año pasado una buena temporada en los Hornets, no ha vuelto a ser el mismo desde su salida de Orlando y en Houston ya se puso en evidencia que era más un problema que una solución (el equipo se ha disparado desde su salida con Capela). Hassan Witheside prometía mucho al principio, pero ya en la serie ante Sixers del año pasado tuvo que sentarse en el banquillo en los momentos claves y ahora es suplente en Miami (su ética de trabajo no ayuda). Chandler está en Lakers después de pasar por los Suns y no pisa playoffs desde su época en los Knicks, Noah está desaparecido, Randolph, otro clásico en el poste, sin equipo, DeAndre Jordan no cuadra en ninguna franquicia... Jugadores que han sido todo o mucho en la liga y que ahora no encuentran su sitio.

¿Quiénes sí pueden jugar?

El hombre alto no ha desaparecido y hay perfiles que han sobrevivido a la NBA. Para hacerlo hoy en día tienes que poder tirar triples, ser un gran defensor, o las dos cosas. Brook López ha sido un claro ejemplo del saber adaptarse que algunos jugadores han tenido a este periodo, y esta tirando más triples que nunca en su carrera... mientras está también en su récord de tapones. Draymond Green representa a la (ya no tan) nueva generación de hombres altos: un jugador de sólo 2'01 que rebotea, defiende, asiste y es capaz de tira triples. Un tipo capaz de jugar en cualquier posición y de defender a cualquiera en cancha.

Blake Griffin, al que vemos incluso subir el balón en Detroit, es otro caso de esta evolución. Gente como Capela defiende muy bien, y Gobert o Drummond, posiblemente los últimos reductos del hombre alto tradicional, aseguran muy bien el rebote y son grandes defensores en la zona, aunque su caso no deja de atípico, ya que no tiran triples y es más difícil verles salir a defender a posiciones exteriores.

Ya hace tiempo que se puso en evidencia que había acabado una era en la NBA. El juego ha evolucionado (por mucho que le pese a Popovich) y los jugadores 'de antes' tienen que adaptarse o resignarse a tener un papel residual en la mejor liga del mundo.