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EUROLIGA | GRAN CANARIA 80 - PANATHINAIKOS 99

El Panathinaikos hurga en la fea herida del Gran Canaria

Los pupilos de Pitino reventaron el partido al comienzo del último cuarto. Gran debut de Wiley en un Herbalife que suma la 9ª derrota seguida en Euroliga.

Los jugadores del Gran Canaria y el Panathinaikos luchan por un balón durante el partido
Los jugadores del Gran Canaria y el Panathinaikos luchan por un balón durante el partidoElvira Urquijo A.EFE

Otra más, y ya van 9. El Panathinaikos también sonríe a costa del Gran Canaria, cuya temporada está siendo una verdadera pesadilla. Aguantó hasta el final del tercer cuarto para capitular al comienzo del último. Con casi todos sus jugadores desconectados, dando síntomas de la tan temida fatiga mental, hasta de desgana, los arrestos de Wiley y Rabaseda fue lo único potable del equipo insular esta noche.

Afrontaba el Herbalife Gran Canaria este partido con importantes novedades. Para empezar, Radicevic regresaba tras su larga lesión de tobillo, compartiendo quinteto inicial, entre otros, con el debutante Wiley. En un primer tiempo frenético, se agarraba el Panathinaikos a los muelles de Antetokounmpo, 6 puntos para el 9-10 inicial. En el intercambio de golpes, un 2+1 le devolvía la ventaja a los locales, 12-10, y el segundo triple de Rabaseda le dio un +5 al Granca, la máxima renta a su favor en el primer tiempo.

Parecía que la formación amarilla podía marcharse en el marcador, pero un 0-8 de parcial a favor de los pupilos de Pitino, coronado por dos tiros libres de Langford para el 19-22, devolvió las aguas a su cauce. El propio Langford, soberbio canasto final, dejó el duelo en 26-28 al final del cuarto inicial.

No hay pulmones ni piernas que aguanten la tremenda de intensidad que se había vivido en ambas canastas, por lo que el ritmo de juego bajó considerablemente en el segundo cuarto. En aquello minutos se produjo el debut de otro de los recientes fichajes del Granca, Cory Jefferson, que muy pronto se estrenó para darle una pírrica ventaja a los suyos, 30-28. Fue entonces cuando, sin venir a cuento, el Herbalife entró en barrena. Así, el Panathinaikos le enchufó rápidamente un parcial de 0-10 para el 32-38 y obligar a Víctor García a pedir tiempo muerto. No reaccionaban los amarillos, pues la ventaja creció hasta el 32-44 (0-16) por lo que, a falta de 2:32 para el descanso, el banquillo local se vio obligado a pedir un segundo tiempo muerto consecutivo.

No le pudo sentar mejor al Herbalife este segundo parón forzoso, pues entre Radicevic, con un triple, y Rabaseda, con un triple más un mate, dejaron el electrónico en 40-44 en menos de lo que dura un pestañeo. El alerón catalán completó una primera parte excelsa, con 17 puntos en un serie inmaculada de tiro: 2 canastas, 4 triples y un tiro libre sin fallo. Tuvo que salir Langford a escena para mantener con ventaja al Panathinaikos al final de los primeros 20 minutos: 45-50.

No le puede achacar al Gran Canaria que no intentara, con todo lo que tenía, horadar la roca del Panathinaikos, tan inaccesible como parecía. Y eso que la formación insular llegó a empatar a 55 tras el 8º punto casi consecutivo de un enérgico Wiley (10 en el tercer parcial). Pero los chicos de Pitino se mantenían firmes, siempre por delante en el marcador, comandados por Calathes y Langford, que guiaron a los suyos al bocinazo de final de periodo con una ventaja más que respetable: 64-71.

El partido quedó sentenciado al alba del último cuarto. Un triple de Langford clavaba el psicológico +10, 66-76, en el corazón de la otra vez escasa afición local, y Antentokounmpo se paseó por la zona para hacer el 69-84 y obligar el partido cuando aún quedaban 6:54 para el final, todo un suplicio, otro más en Euroliga, para el Herbalife. El resto del periodo apenas le sirvió al Gran Canaria que Wiley llega con todas las ganas del mundo, un rayo de luz en el angosto túnel en que su equipo anda metido, algo a lo que agarrarse, ante la pasividad de Balvin esta noche, para evitar el completo hundimiento. Si a los locales les quedaba alguna esperanza, Calathes se encargó de reventarla con un triple sobre la bocina que supuso el 75-89 con menos de tres minutos por delante. La paliza final ante un Panathinaikos venido a menos, atendiendo a la trayectoria del equipo amarillo este curso, tampoco sorprende. Y es que el desastre se ha convertido en la rutina del Granca.

La Euroliga, todo un sueño, continúa siendo la peor de las pesadillas para el Herbalife Gran Canaria, que firmó esta noche su novena derrota seguida en la máxima competición continental. Y aún le quedan seis partidos más de auténtica tortura.