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GIPUZKOA 73 - ZARAGOZA 78

El colista no levanta cabeza y Fran Vázquez se hace histórico

El pívot gallego superó a Micheaux y es ya el noveno máximo reboteador en la ACB (2.730). El Zaragoza superó en la prórroga a un Gipuzkoa experto en tirar todo el trabajo por la borda.

Van Lacke ante Alcocén y Berhanemeskel
Van Lacke ante Alcocén y BerhanemeskelJavier EtxezarretaEFE

El Gipuzkoa cerró la primera vuelta con tres victorias. Un drama. Le haría falta el doble de eso, como mínimo, para salir a flote. Su técnico, Valdeolmillos, no quería ni hacer números o marcarse el reto de una remontada que sería histórica de cara a la segunda parte de la fase regular. Porque sus chicos y la escasa afición que les alienta se pueden echar a temblar. El equipo está en una inercia de aniquilamiento. Lo que toca lo convierte en carbón en lugar de canastas. Perdió su tercera prórroga de la temporada, ante un Tecnyconta Zaragoza que no cuajó un buen partido pero que tenía bien claro a que a final igualado el agua ahogaría a los donostiarras. Sexta derrota seguida, la novena en los diez últimos compromisos. Hay tal parálisis y falta de recursos que la directiva hasta ahora no ha cesado a Valdeolmillos; en realidad ni Obradovic podría sacar a esta ruina del pozo. Meter 73 puntos tras 45 minutos tenía que ser delito, pero, claro, el panorama es el siguiente: Gutiérrez no jugó, Corbacho vino como estrella pero anda de capa caída, Barro no vio aro y Burjanadze está obcecado.

El choque fue muy trabado, de rachas. Y la prórroga resumió los 40 minutos anteriores: el Delteco empezó mandando, como si tratase de olvidar una acción de Nevels en los 2,5 segundos que tenían los locales de posesión al final del tiempo reglamentario y que se le marchó por imprimir excesiva fuerza a la bandeja. Pero luego tomó las riendas Okoye (ocho puntos de los 11 en el tiempo extra) y se acabó el debate. Porfi Fisac alcanzó su victoria más amarga. Su exequipo se hunde de forma miserable. El Tecnyconta sabía que con un despegue rápido en el marcador el colista está para pocos trotes y podría ser un partido tranquilo. Sin embargo los donostiarras sacaron fuerzas de flaqueza, como siempre, hasta morir en la orilla.

Radovic estaba enchufado y, como los visitantes comenzaron a funcionar en defensa, rompieron por primera vez el partido con el 30-41 ante el apagón de los guipuzcoanos, que volvieron a desenchufarse en medio de un partido tras volver de vestuarios. A este colista, eso sí, es mejor no darle por muerto antes de tiempo y tras un tiempo muerto del enfadado Fisac, se pusieron en ventaja con un triple de Maiza (46-45). A los locales les concedían el tiro y los maños no eran duros en las ayudas, en los cambios de asignación dejaban pases fáciles. Pero si este GBC es experto en algo es en tirar todo su trabajo por la borda, lo tenían todo a favor para cerrar un ilusionante tercer cuarto, aunque sus errores en el último minuto dieron vida a un equipo maño que se marchó nuevamente en ventaja al cuarto final.

Fue un encuentro de ida y vuelta, igualado y con rentas repartidas para uno y otro, abocado a un final de sufrimiento que alcanzó su culmen con el 63-63 a medio minuto para la bocina. Se sucedían los errores y Bobrov encontró la cesta para dejar a su equipo dos arriba. Una última posesión para Tecnyconta permitió a Vázquez (el mejor del cuadro visitante y noveno reboteador en la historia de la ACB tras superar a Micheaux, con 2.730 rechaces) empatar a seis segundos y forzar otro mal tiro de Nevels con el que se fue el choque a la prórroga. Los guipuzcoanos habían perdido dos esta temporada en su feudo y aparecieron nuevamente todos sus fantasmas en los cinco minutos añadidos que fueron su tumba, primero cuando Seibutis, muy incisivo, cortó su último intento de llevar la delantera y finalmente cuando Okoye remató su gran faena poniendo el colofón al triunfo visitante: metió ocho puntos de los once de los rojillos en el tiempo suplementario. El colista no levanta cabeza.