Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

EUROLIGA | 18ª JORNADA | REAL MADRID-OLYMPIACOS

El Madrid noquea al Olympiacos y desempata con Spanoulis

Victoria y averaje para los blancos, que rompen la igualdad con el equipo griego en este siglo (15-14) y en los duelos ante Spanoulis (12-11). Randolph, Ayón y Campazzo, a gran nivel.

Gustavo Ayón lanza ante la defensa del Olympiacos.
Gustavo Ayón lanza ante la defensa del Olympiacos.DANI SANCHEZDIARIO AS

El pulso entre los dos mejores equipos de la década, dos títulos y cuatro finales cada uno desde 2011, se resolvió con un doble éxito del Real Madrid. Victoria y averaje a favor (88-83 en El Pireo). Otro impulso, este de enorme valor y calidad, en la carrera de los de Laso por colarse entre los cuatro primeros, donde se dibuja la línea que da la ventaja de cancha en las eliminatorias de cuartos. Un triunfo que rompe el empate en la batalla con el Olympiacos en lo que va de siglo (15 a 14 ahora en el balance) y en los duelos ante Spanoulis, ya sea de rojo o hasta 2010 de verde del Panathinaikos (12 a 11 para el Madrid).

Una actuación convincente después de un par de tardes grises (Estudiantes y Gran Canaria). Vino a juntarse el hambre, representado por la baja de Milutinov, el titán de David Blatt, con las ganas de comer, las de Randolph y Ayón. Partido completísimo del estadounidense, esta vez en todo el campo y de principio a fin. Porque arrancó bien, como acostumbra, y terminó aún mejor, algo poco habitual. A su clase mundial en ataque unió rebote y atención defensiva. Solo se tragó una racha de Printezis a la vuelta del descanso. Manos rápidas y concentración para robar hasta tres balones y terminar a la carrera con mates fulminantes que dieron mucho aire a los suyos (16 puntos, 8 rebotes y 26 de valoración). Como se lo dio Ayón, que leyó bien su ventaja cerca del aro en ausencia del gigante serbio. Aguantó, pasó, cargó y danzó en la zona: 13 tantos, 7 rechaces y 4 asistencias.

Un Madrid divertido y un Campazzo alegre

El Real recuperó su cara más divertida, la que envidian los directivos de sus rivales, según han reconocido en una reciente encuesta. Volvió la alegría en parte también por Campazzo, que se encontró cómodo de nuevo tras la polvareda artificial levantada por la acción en la que se lesionó Shengelia. Hizo bailar a sus compañeros (5 pases de canasta) y a sus adversarios (veloz para romper y cruzar la zona, solo marró un tiro: 5 de 6), sujetó, además, muy bien a Spanoulis (11 asistencias y el dedo meñique dislocado), que anotó diez puntos en sus siete primeros minutos en pista cuando coleccionó hasta cuatro defensores diferentes. Empezó Llull y siguieron Taylor, Campazzo y puntualmente Causeur. De ellos, sobresalió luego Facu, que aguantó además con tres faltas desde el tercer cuarto. Taylor tuvo también ración de aplausos, pero más en el cara a cara con Williams-Goss, el verdugo de la ida. Y añadió tres triples sin mácula.

Noche muy completa, de las de lucir en individual y como grupo. Deck, por ejemplo, salió de inicio como alero y volvió invisible a Papanikolaou, azote del Baskonia el martes.

El cansancio en el deporte de élite, el que se acumula entre semana de viaje en viaje por Europa, suele afectar incluso más a la cabeza que a las piernas. El Madrid venía de firmar una victoria fea el martes en Gran Canaria y 48 horas después se transformó en el duelo de la década. Jugar en casa, en un Palacio lleno y ante un equipo como el griego, un técnico como Blatt y un jugador como Spanoulis levantan el ánimo a cualquiera. Sus porcentajes de salida fueron de otro planeta, un 82% en tiros de dos y un 70% en triples para el 54-41, casi en el ecuador. Luego la renta, en otro arreón de Randolph, en esta ocasión desde el perímetro, tocó los 19: 91-72. No jugó Prepelic, pero el resto de la plantilla embocó al menos un lanzamiento tras repartir 24 asistencias y alcanzar los 127 de valoración con solo 9 pérdidas. El Madrid manda sobre el Olympiacos, y sobre Spanoulis. No es poco.