El Madrid tira de oficio ante el Granca y se acerca al liderato
Los blancos se llevan un partido gris y aprovechan el traspié del Fenerbahçe. Resolvieron en el último cuarto con un parcial de 11-23. Tavares y Rudy, importantes al final.
El Herbalife Gran Canaria firmó una meritoria puesta en escena que estiró hasta el minuto 25 (48-38), pero acabó pidiendo la hora. Solo once puntos en el último cuarto. Acusa las lesiones que limitan su rotación y que los fichajes no den un paso al frente. La cara la dan los de siempre, los veteranos en la Isla: Oliver, Rabaseda, Paulí y Báez. Y no tienen relevo. Lo mejor para el Madrid fue la victoria, y que perdió el Fenerbahçe, lo que le coloca a tiro de uno del liderato.
Los de Laso supieron cambiar el paso al final, ponerle oficio a una actuación gris. Primero con una racha de Llull y el empuje de Ayón y luego con las continuaciones de Tavares y el tino de Rudy. Ocho puntos del alero en dos minutos para darle la vuelta al calcetín: 63-69.
Que los partidos se sucedan en tropel no es bueno para el espectáculo. Las dobles jornadas de la Euroliga no benefician al juego y tampoco ayuden al aficionado a centrarse. La calidad de la competición es incuestionable, pero el calendario global es excesivo y que cada equipo dispute dos grandes duelos en 48 horas es demasiado. Y además los martes y miércoles en semanas como esta se solapa con la Eurocup, lo cual lo enreda todo más. Un gran producto en un escaparate confuso. Este martes en Las Palmas, por ejemplo, vimos dos plantillas cansadas, un duelo discreto y una entrada floja (5.214 espectadores).
El Granca, el que más puntos encaja (88 de media), se agarró esta vez a una buena defensa para aturdir a un Madrid que arrastraba todavía la resaca del derbi ante el Estu. El carrusel de partidos de todo tipo durante la Navidad se le ha hecho largo al Real y se nota. También a Campazzo, y se nota el doble. Buena actuación local atrás, decimos, y pésima visitante con la pelota en las manos. Y en el rebote. Pero vayamos por partes.
Los blancos extraviaron seis balones en los cuatro primeros minutos y doce en la primera parte, lo que (unido a que cedió cinco rebotes ofensivos y solo cogió dos) hizo que se marchara al descanso con ¡trece tiros menos! que su rival y apenas once tantos encestados en el tercer cuarto. Perdía por siete (34-27), solo por siete, y quizá esa era su mejor noticia.
El Granca mantuvo la implicación defensiva en la reanudación, pero el Madrid cortó la sangría de pérdidas (solo añadió una) y mostró un mejor tono ofensivo: 33-48 en la segunda parte. Apareció Llull cuando pintaban bastos (46-36) y, en el último parcial, Tavares bajo el aro y Rudy con ocho puntos seguidos, dos triples. A falta de brillantez, seriedad para cerrar la victoria.