EUROLIGA | GRAN CANARIA 74 - BAYERN MUNICH 89

El Bayern ajusticia al Gran Canaria en el último cuarto

El Gran Canaria Arena, ahora por una gotera, vuelve a quedar en evidencia. Salva Maldonado vuelve a llevarse una nueva pitada de la afición local.

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No gana para disgustos el Herbalife en su debut en la Euroliga. Le aguantó al campeón bávaro hasta mediado el último cuarto, pero acabó fundido por el acierto triplista rival cuando más importaba. Además, su pabellón volvió a dar una tristísima imagen. Si antes era el parquet, ahora fue una gotera la que puso en peligro la integridad física de los jugadores. La imagen de los operarios limpiando el parque en pleno partido, para la posteridad de los horrores. Que se lo pregunten a Williams, que de puro milagro no se lesionó de gravedad. De hecho, apenas jugó en el segundo tiempo.

Se siente mucho más a gusto en casa en esta competición el Gran Canaria, tan mal como le ha ido en Estambul, Atenas o Moscú. Casi siempre fue el Bayern por encima en el primer tiempo, pero lo cierto es que el Herbalife no le perdía la cara al duelo. Guiada por Maodo Lo, 6 puntos para el 6-8, comenzaba por delante la formación muniquesa, dándole Strawberry, desde el triple, la primera ventaja a los amarillos, 9-8.

Empezó en el banquillo, pero muy pronto se iniciaba el festival de Derrick Williams, 18 puntos en el primer tiempo. Tuvo además suerte, pues el desastroso GC Arena tuvo todo el partido una gotera que no acabó con él de milagro. En estas, 6 puntos seguidos del alapívot norteamericano pusieron a los suyos 9-14, igualadas las fuerzas al final del primer acto tras un mate de Balvin para el 17-21.

El segundo triple de Koponen, que además trajo consigo el 23-28 en el electrónico, supuso un importante despegue para el Bayern, que con dos triples seguidos de Williams se disparó hasta el +11, 25-36. Tillie volvió a acercar de nuevo al Gran Canaria, 33-38, que por aquellos instantes jugaba con Paulí de base. Así, cinco puntos del encorajinado exterior catalán permitieron a los suyos llegar con toda la vida por delante al descanso: 42-46.

Un intenso intercambio de golpes, como el soberbio mate de Balvin para el 50-51, presidió los minutos iniciales tras el parón. No terminaba de remontar el Herbalife, pero un triple de Strawberry, 55-57 entonces, prendió la mecha y Balvin, con 4 puntos seguidos tras varios minutos colosales en ambas canastas, empataba a 57 y Eriksson, cómo no desde el triple, le daba al Granca su primera ventaja, 62-59, tras el lejanísimo 9-8,

Metidos ambos equipos en la harina del último cuarto, con todo por decidirse, el Bayern demostró mayor alcurnia y empaque. Cierto es que un triple de Eriksson impedía cualquier conato de escapada alemana, 70-71, pero esta llegó con dos triples consecutivos sellados por Lo y Koponen para el 70-77 obligaron a Salva Maldonado a pedir tiempo muerto con 5:57 por jugarse.

Nada surtió efecto, pues una nueva canasta de Lo elevaba el parcial hasta el 0-11, con el consiguiente 70-82 y nuevo tiempo muerto local. No hubo tiempo para más. Al menos, para el Gran Canaria tan precipitado en ataque que el partido, con 5 minutos todavía por delante, estaba más que perdido. Ni siquiera luchó por maquillar el marcador. Una vez más, se dejó llevar. Una vez, cundió la anarquía. Y una vez más, Salva Maldonado se llevó una nueva ración de pitos, esta vez compartidos con el equipo. Mención aparte merece la gotera, una muesca más en el cargado revólver de vergüenzas del Gran Canaria Arena, cuya obra superó los 60 millones de euros.