El Andorra consiguió ayer su primera victoria como visitante ante el Real Madrid en su historia en la Liga Endesa, que si bien no es vasta sí ha crecido como la espuma en las últimas temporadas. Se podría decir que es, con la salvedad de que el equipo de Pablo Laso está haciendo historia tanto en España como en Europa, uno de los equipos que le tiene algo tomada la medida.

Todo tiene un punto de inflexión. El de estos dos equipos está en febrero de 2017, en la Copa del Rey que se disputó en Vitoria. En aquella ocasión una jugada en la que Sergio Llull cometió campo atrás fue el detonante para que el Madrid remontara al Andorra, que se disponía a ganar aquel encuentro, y pasar de ronda en un torneo que terminaría ganando. Aquello dio lugar a numerosas reacciones: bromas, camisetas conmemorativas, críticas al arbitraje, sospechas, etc. Fue la forma la que le dio un nuevo matiz a este enfrentamiento, pero también lo que supuso para los andorranos.

Desde su vuelta a la Liga Endesa, que se produjo en 2015, hasta ese partido el Andorra no había podido ganarle al Real Madrid. Estuvo cerca el 10 de enero de 2015, cuando en el Palacio perdió 84-83 tras un palmeo de Gustavo Ayón. A partir del afamado 'era campo atrás', todo cambió.

Tras ello, 4-3. El cara a cara sigue siendo favorable a los blancos, pero es loable que un equipo que no tiene tantos recursos como otros clubes de la Liga Endesa sea capaz de poner en aprietos al actual campeón. En el Poliesportiu d'Andorra son dos de tres en ese periodo, y con el otro encuentro resuelto por un margen de dos puntos.

El equipo andorrano ha cambiado incluso de entrenador. Ahora, tras la salida de Joan Peñarroya, está dirigido desde el banquillo por Ibon Navarro. NI siquiera ese cambio parece haber helado el fuego del Andorra cuando juega contra el Real Madrid.