El Fenerbahce de Estambul, actual subcampeón de Europa, obtuvo un holgado e incontestable triunfo, por 97-72, ante el Herbalife Gran Canaria, que protagonizó en Turquía su debut en la Euroliga, aunque muy lejos del resultado que perseguía.

El conjunto de Zeljko Obradovic se fue en el marcador desde los compases iniciales, haciendo valer el mayor potencial de su plantilla y su gran experiencia en esta competición, ante un Gran Canaria que parecía acusar su estreno.

El Fenerbahce vencía en el ecuador del primer periodo por un cómodo 10-2, ante un Herbalife en el que apenas había que destacar su hasta entonces primera y única canasta en el partido y en este máximo evento continental por parte de Pasecniks.

En el Gran Canaria solo destacaba el base Albert Oliver, que con su aplomo en la cancha y acierto atacante impedía que el Fenerbahce abriese una brecha demasiado grande.

El conjunto local terminó el primer cuarto 12 puntos arriba (22-10) y comenzó el segundo ampliando su renta gracias a un mate del checo Jan Vesely, una auténtica pesadilla para los jugadores de Salva Maldonado.

El partido entró en una sucesión de triples por ambos bandos, además de una exhibición atacante de un Vesely que llegaba al descanso con 15 puntos en su haber, casi los mismos que tenían los turcos de ventaja (49-35), frente a un Gran Canaria liderado ofensivamente por Chris Evans.

Los isleños salieron con renovados bríos tras el descanso y mejoraron su porcentaje de tiro, reduciendo diferencias tras un mate de Pasecniks (50-41), pero el Fenerbahce cortó de raíz la posible reacción de un Herbalife que para colmo veía cómo Pasecnkis sumaba su cuarta falta.

Los locales empezaron a sentirse muy cómodos en el partido y se fueron de 16 con menos de tres minutos para llegar al último cuarto, ante un Gran Canaria en el que Tillie seguía con su nefasta racha de lanzamientos, y cuyo mejor tirador Marcus Eriksson reapareció tras su lesión de manera testimonial.

El equipo de Obradovic afrontó los últimos diez minutos de encuentro con un holgado 75-58, tras cerrar el anterior parcial con un postrero triple de Lauvergne, y por si quedaba alguna mínima duda de que dejaría la victoria en casa estableció un parcial de 7-0 y logró su máxima renta a lo largo del choque.