Le costó a Valencia Basket tumbar el muro francés. Engañoso el 84-62 final. Que no inmerecido. El Asvel aguantó hasta al último cuarto, ayudado por la floja defensa taronja y los muchos fallos en el tiro de los de Ponsarnau. Pero en el tramo final comenzaron a funcionar y si Valencia está enchufado tiene mucho potencial. No comenzó bien el quinteto taronja. Salió fallón. Sobre todo Dubljevic. Marró sus tres primeras acciones y el equipo se contagió. Tampoco acertaba Matt Thomas. Mientras, el Asvel iba sumando con Briki, con Maledon, con Bilan… Y en el intercambio de golpes siempre perdían los de casa. Bojan estaba negado. Van Rossom se quedaba corto. Ni la entrada de Vives fue todo lo revulsiva que parecía. Y los franceses cada vez que llegaban, golpeaban. Aún así, salieron vivos del primer cuarto con solo cinco puntos por debajo en el electrónico. Lejos de despertar entre cuartos, aún se aumentó la ventaja a 10 para el Asvel (12-22). Doornekamp se sumaba a la fiesta de errores. Y solo Vives conseguía tirar del carro. Pero con tanto fallo pesaba demasiado. ¡Ni La Fonteta despertaba! Y aún así, con Guillem llegó el empate a 28. Desde todos los lados anotaba. Y asistía. Pero los franceses seguían con el mazo, con Bilan dueño y señor de las pinturas. Bandeja en una, rebote en otra. Con un triple de Van Rossom se pusieron por primera vez por delante los de Ponsarnau, que consiguieron irse al descanso uno arriba (36-35). Casi increíble pero cierto. La igualdad seguía siendo la nota predominante tras el paso por los vestuarios. Bilan seguía a lo suyo, pero los taronja anduvieron mejor cara al aro. Sobre todo Matt Thomas, con un tres más uno. Pero no era suficiente. Ya casi al final del tercer cuarto (más vale tarde que nunca), Labeyrie resucitaba de su letargo, con siete puntos en poco más de cuatro minutos y la conexión Dubljevic-Van Rossom empezó a carburar. La pena para los locales es que el rival no cesaba en su empeño de asaltar La Fonteta. Slaugther fusilaba desde el triple y los taronja no conseguían despegarse lo suficiente como para vivir tranquilos. La floja defensa de los valencianos hacía crecer y creer incomprensiblemente a su rival. Arriba ya habían encontrado el chip matador, pero abajo les costaba horrores. Y entonces apareció él. ¡Balones a Will! Y Thomas, con dos triples seguidos y dos entradas, puso ocho arriba a Valencia con 10 minutos por delante. En el tramo final lograron despegarse, más producto del bajón francés que de mérito propio. Labeyrie volvía a aparecer en plan ‘sheriff’ con un espectacular tapón que minó definitivamente la moral de los visitantes y la ventaja se fue hasta los 22 con un Will Thomas superlativo.