A sus 32 años, Sergio Rodríguez, el Chacho, es el capitán de la Selección en las cuartas Ventanas abiertas para la clasificación de China 2019. Adornado con un currículum impresionante con España y el Real Madrid, este lunes regresa al Palacio, la cancha donde se reencontró con sus musas a su regreso de su primera experiencia NBA en Portland, Sacramento y Nueva York. Antes del importante partido contra Letonia, reflexiona sobre todo un poco en As.

¿Qué pesaron más en Kiev, las piernas por lo que supone jugar en pretemporada o los kilos de los ucranianos?

El timing de estas Ventanas es complicado. En junio se llega en postemporada y en septiembre, en plena preparación. Todos los que tenemos en mente la pretemporada que empieza ahora no hemos jugado partidos. Ha sido una semana intensa, pero aun así no pudimos entrenar mucho. Lo interesante no es mirar la derrota sino que hay una clasificación general en la que estamos líderes y tenemos al alcance el objetivo de estar en el Mundial.

¿Qué se siente al ser capitán de este grupo de jugadores?

Es algo natural. Para mí, lo importante es tratar de acoplarme al grupo de jugadores que están viniendo a las Ventanas. Sé de ellos porque con algunos he tenido relación desde época de cadete, a otros los conozco porque tienen relación con gente de mi entorno y a otros los he seguido de cerca por su evolución pero luego hay que ponerse a entrenar y coger práctica con ellos.

¿Pero no se vio en la obligación de hacer algo más?

No. Yo sé cuál es mi trabajo cuando salgo a la cancha y aquí todos tienen claro cuál es el objetivo que es estar en el Mundial. En cuanto a mí, yo salgo a la cancha con la misma pasión siempre para intentar hacer lo mejor posible.

¿Qué significa para usted volver al Palacio?

Volver a casa. Un lugar en el que he vivido grandes momentos con la Selección y sobre todo con el Madrid, con los torneos que ganamos, aquella Final Four.... Significa mucho para mí y le diría que me sé todos sus rincones y todos sus entresijos.

Sin embargo, España arrastra dos noches malditas en el Palacio. La de la final del Eurobasket 2007 y la de Francia en el Mundial 2014. ¿Se quiere sacar una espina?

También ha habido grandes noches allí. Los cuartos de final del Eurobasket, las semifinales ante Grecia, el sentirte anfitrión de un Mundial en 2014. La verdad es que no sé qué porcentaje de victorias tengo en el Palacio pero diría que debe ser grade…

Cuando echa la vista atrás, ¿qué cree que le dio el Madrid?

La verdad es que a veces reflexiono y, visto con perspectiva, yo llegué muy joven al Madrid. Tal vez no había esa visión porque ya me había ido a la NBA y llevaba años en la élite pero volví con 24 años. Así que en el Madrid he crecido, me he desarrollado. Considero el Madrid mi casa. Y no sólo deportivamente Llegué con mi novia y me fui con mi mujer y mi primera hija (Carmela). Y luego fuimos capaces de reunir a un grupo de jugadores con los máximos objetivos capaces de ganarlo todo.

Terminará contrato con casi 34 años con el CSKA pero, ¿al Madrid no hay que cerrarle nunca la puerta?

Estoy acostumbrado a no pensar más allá de un futuro cercano. Estoy feliz de haber decidido irme en su día a aquel proyecto del Siglo XXI en el País Vasco, jugar en Estudiantes, haber decidido en su momento ir a la NBA, volver al Madrid. Y ahora, de verdad, estoy disfrutando en Moscú, un equipo ganador que siempre pelea por lo máximo. Madrid y el Madrid son algo especial, ya lo he dicho, pero ahora no pienso en ello.

¿Qué recibimiento espera del Palacio?

Siempre que he jugado con la Selección, o con el Madrid, siempre ha existido una gran aceptación y la gente ha estado muy cercana a mí.

El otro día, David Blatt, que ahora es parte implicada porque es entrenador del Olympiacos, escribió una carta abierta en la que hablaba de ego, política y falta de miras en los dirigentes en esta polémica de las Ventanas. ¿Es un desastre para el baloncesto esta idea?

Creo que los dirigentes del baloncesto tienen que dialogar más y llegar a consensos. En Europa, tenemos una competición muy bien montada que es la Euroliga y que va a más. Hay una atención a las Ligas nacionales y por supuesto las selecciones son un aliciente grandísimo. Pero hay una carga de partidos espectacular que merece una organización del calendario. Las Ventanas no pueden ser decisiones de último minuto.

Sin embargo, usted ha decidido venir cuando otros muchos han dicho que no. Del Madrid, del Barça, del Valencia o de la NBA…

Es que no veo otra posibilidad. Si yo estoy bien físicamente, siempre voy a estar con la Selección, cada vez que me llamen. Siempre que eso no influya, eso sí, en las responsabilidades que tenga con mi club que también tiene unos compromisos.

Este lunes, la FEB le da la insignia de oro y brillantes a Juan Carlos Navarro. Estará en la pista. ¿Qué ha sido la Bomba para usted?

Qué más voy a decir yo que no se haya dicho. Para mí es un referente y un jugador que ha marcado una tendencia ganadora. Ha sido un lujo poder haber jugado con él aunque también me costó llevarme unas cuantas derrotas…. Ha sido un privilegio jugar con Juan Carlos y lógicamente merece ese reconocimiento.

Usted ha ido a la NBA y ha vuelto, conoce los dos mundos. ¿Qué le puede aportar a un seleccionador como Scariolo ser ayudante de Toronto Raptors?

Sergio tiene una gran trayectoria pero estar en la mejor liga del mundo será una experiencia que le enriquecerá y un aliciente grande. Vivir el universo NBA es un aprendizaje también, sin duda.

Hace justo un año concedía una entrevista a este medio en el que admitía no haber visto nunca a un jugador del impacto de Doncic a su edad. Ya está en Dallas. ¿Ha hecho bien en marcharse este año?

Cada uno debe decidir y él es una persona extraordinariamente madura para su edad. Perfectamente capacitado está. Tiene todavía un gran margen de mejora. Ha jugado una temporada espectacular y por el momento que vivía ha decidido irse. Estoy contento con él y espero que tenga una trayectoria de éxitos en la NBA.

Acabo. Le hablaba del regreso al Palacio, una pista que le ha dado tanto. Si cierra los ojos, ¿cuál es la primera cancha que ve?

Tenerife. El pabellón Quico Cabrera y el Paco Álvarez y su anexo. Esa es la primera cancha que me viene a la cabeza.

¿Y la que más le ha impresionado?

He tenido la suerte de jugar en grandes canchas pero, por el ambiente, siempre me impresionó y me ha gustado jugar en la sala OAKA de Atenas, donde juega Panathinaikos.

¿Su mejor momento en el Palacio?

Pues ha habido muchos pero si me tengo que quedar con uno, con el tercer partido de las finales de 2012 contra el Barcelona. Veníamos de ganarlas semis contra el TAU y ese día se creó un ambiente impactante. Es cierto que luego perdimos el cuarto partido pero creo que ahí se puso en cierto modo la base de todos los éxitos que vinieron en años posteriores porque se creó una comunión maravillosa con el público.