FINAL LIGA ENDESA | REAL MADRID - BASKONIA (0-1)
El campeón de Europa juega sin red ante un Baskonia crecido
El 1-0 era sinónimo de éxito hasta 2016, cuando primero el Madrid y luego el Valencia lo remontaron. Los estados de forma de Doncic, Lull y Campazzo, claves de la final.
El Madrid perdió el miércoles en el inicio de la final su segundo partido ACB en casa de todo el curso. Hasta hace solo dos años la hoja de ruta de este playoff no se discutía. Quien ganaba el primer duelo, se llevaba el título. Solo una excepción, la que confirmaba la regla: la derrota del Unicaja ante el Barça en 1995 tras el no triple de Ansley.
Pero desde 2016 se ha extraviado la referencia y no sabemos a qué atenernos. Ese año el Barça arrancó 1-0 y el Madrid remontó por primera vez venciendo los tres siguientes. Nunca había pasado. Es más, los azulgrana llevaban 39 eliminatorias superadas de 39 tras situarse 1-0. Pero perdieron. Y un año después, en 2017, fue el Madrid quien se adelantó y el Valencia el que firmó la proeza: tres triunfos seguidos para abrazar el primer título de Liga de su historia.
Lo hizo con Pedro Martínez, el ahora entrenador del Kirolbet Baskonia, que puede ser el único en ganar dos finales consecutivas con dos clubes diferentes. Ha potenciado las virtudes propias y limitado las ajenas. Golpeó en el primer asalto por la fuerza de su grupo y la determinación de Vildoza, sin requerir a un Shengelia estelar.
En el Madrid, Tavares y Carroll son faros que no se apagan, pero necesita más desde la dirección. Por unos u otros motivos, ni Doncic ni Llull ni Campazzo andan en su mejor momento de forma. El campeón de Europa está exigido. Sin red.