Lejos de rendirse, el Herbalife Gran Canaria se dio esta noche un verdadero festín a costa del Valencia Basket. Tras la dura derrota inicial, los jugadores de Luis Casimiro rozaron la perfección ante un atónito rival. La seria, empatada, se estira hasta el viernes.

Nada hacía presagiar el aluvión de juego del Gran Canaria, especialmente a partir del segundo cuarto. Un triple de Sastre suponía el antídoto al buen inicio de Báez, con 4 puntos seguidos, y trajo el 6-10 al cielo del G.C. Arena. Pero ocurre que ya había comenzado el desmelene de Rabaseda, que con 9 puntos seguidos, para 15 en total en la primera parte, puso a los locales por delante, 13-10. Secundario esta noche, Eriksson desenfundó de 3 para el 20-16, y Rafa Martínez cerró el primer cuarto también desde el 6,75: 22-21.

La jugada de la noche llegó al alba del segundo cuarto, cuando una tremenda asistencia en contraataque de Paulí acabó con Aguilar reventando el aro del Valencia Basket y el 29-23 en el marcador. Entre Eriksson y Pasecniks sumaron cinco puntos que ponían al Herbalife con rumbo fijo hacia el 1-1, y tuvo que ser Van Rossom, el único de los suyos que plantó oposición en la primera parte, quien frenara la escapada amarilla con un triple para el 34-28.

De poco sirvió el notable esfuerzo del base belga, pues otros dos triples, ahora de Báez y un inmenso Rabaseda, dejaban al Granca con un claro +11, 44-33, antes de que Paulí cerrara estos 20 minutos con un astuto palmeo sobre la bocina que mandaba a ambos equipos al descanso.

El rodillo amarillo lo fue todavía más en el segundo tiempo. En mano lo llevaba bien fuerte, cómo no, Rabaseda. Y es que el alero catalán había entrado en trance y, con 7 puntos seguidos en el inicio del tercer cuarto, mantenía al Gran Canaria con una cómoda ventaja: 53-41. La batalla triplista estaba servida, y si Oliver la clavaba desde fuera del arco, Dubljevic le respondía desde idéntica distancia para el 56-45. No conseguía remontar el Valencia Basket, por lo que Vidorreta se vio obligado a parar el partido a 2:59 para el final de este periodo y el 63-48 en el marcador.

Mekel, abanderando a los suyos en la segunda parte, enchufó de tres para el 66-50, y el partido parecía resuelto al final de este periodo: 72-57.

Si el equipo de Vidorreta inició el último cuarto con la mínima esperanza de remontar, Eriksson se la borró de un plumazo con otro triple nada más empezar el mismo. Pareció entonces rendirse el conjunto levantino ante un Granca que iba lanzado al 1-1, con el sueño de jugar la Euroliga siempre en mente. Motivado por la victoria del Barça en Andorra (para jugar la máxima competición europea precisa estar en semifinales junto al equipo azulgrana, Real Madrid y Baskonia), fue a morder al rival para preparar cuanto antes el viaje a Valencia para jugarse el desempate.

La paliza del Gran Canaria a un caótico Valencia Basket estaba más que servida. Un triple de Aguilar puso un 92-66 que pareció dejar muy tocado al actual campeón de liga. La máxima llegó poco después con el demoledor 97-70 final. La Fonteta, este viernes, pondrá en juego la vida de ambos equipos. Ganar o morir. Esperan el Real Madrid y la Euroliga.