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IBEROSTAR 75 - REAL MADRID 84 (0-2)

El Madrid avanza a semifinales por décima temporada seguida

Los blancos encarrilaron la victoria tras el primer cuarto, cuando en siete minutos descargaron un parcial de 10-33. Rudy, 19 puntos. Tavares, 11+13 rebotes y 26 de valoración.

Walter Tavares realiza un mate sobre Rodrigo San Miguel durante el segundo partido entre el Iberostar Tenerife y el Real Madrid.
Walter Tavares realiza un mate sobre Rodrigo San Miguel durante el segundo partido entre el Iberostar Tenerife y el Real Madrid.JUAN GARCIA CRUZDIARIO AS

El Madrid arrancó el playoff de cuartos en plena celebración por la Décima, antes del fin de fiesta en el Bernabéu, pero supo equilibrar fuerzas entre juerga y responsabilidad y ya está en semifinales, donde no falta desde 2008, en el segundo año de Plaza en el banquillo. Llega por la vía rápida y se medirá al Valencia, en lo que sería la revancha del título de hace un año, o al Gran Canaria, a la caza de su séptima final consecutiva.

El inicio del partido fue extraño. El Real abrumó de salida, más bien lo hizo Tavares (7 puntos, 5 rebotes, 2 tapones y 13 de valoración en 9 minutos, 11+13+3+26 al final), pero no sacó rédito a esa superioridad porque falló todo lo fallable (6 de 17 en tiros de campo). Tobey dio un pasito atrás para evitar al gigante blanco y clavó cuatro tiros de cinco metros, ocho tantos seguidos (12-12). Duelo trabado por la falta de puntería, hasta que el Iberostar abrió la veda. Dos triples para ponerse ocho arriba: 22-14. Ahora era Reyes el que dominaba, más en tablero ajeno, pero sin acierto no había paraíso. Estaba al caer, eso sí, y llegó de la mano de Rudy: 19 puntos, 4 de 5 desde la línea de tres en ese segundo acto, 8 de 11 el Madrid entre el minuto 13 y los segundos iniciales de la segunda parte, varias de esas dianas vinieron en transición. Un caudal ofensivo incontenible que descargó un parcial de 10-33 que puso a los de Laso 15 arriba: 32-47.

Parecía un mate rápido en toda regla, pero se quedó en un jaque que se estiró hasta el bocinazo final. El Iberostar se incorporó de manera inopinada hasta creer que la proeza era posible. Tobey y Beirán hacían soñar a la grada: 73-77 a 2:20. Los de Katsikaris le daban la vuelta a la batalla reboteadora, limitaban al máximo las pérdidas y repartían diez asistencias en la segunda parte. Muchos méritos que no bastaron para tumbar al campeón de Europa (Llull asomó entonces), aunque sí para convertir la agonía en una muerte ­dulce. El Santiago Martín se despidió de su equipo con gestos de complicidad. El cierre a un buen año. Paso adelante del Madrid, que cumplió en la vorágine del éxito europeo. En semifinales tendrá que parecerse más al de la Final Four.