En los últimos ocho días, Luka Doncic ha ganado una Euroliga y tres trofeos de MVP (fase regular y Final Four de la competición europea y Liga Endesa). No hace ni tres meses que cumplió 19 años, y acumula currículum a un ritmo de jugador de leyenda y mientras al otro lado del Atlántico debaten si en 21 días será elegido en el número 1 o 2 del draft 2018 de la NBA. Difícilmente más abajo, en ningún caso por debajo del quinto puesto.

Con la locomotora convertida en tren de alta velocidad, al esloveno solo le queda rematar con la reconquista de la Liga la que puede ser su despedida del Real Madrid antes de hacer las Américas. Ese es también el objetivo de un equipo que en 2017 salió tan tocado de la Final Four que no pudo después ganar la ACB. Esta vez quiere que la corona europea les propulse a la que sería su cuarta Liga en seis años después de solo una en los seis anteriores. Las bondades de la era Laso: el vitoriano busca su decimoquinto título como entrenador del Real Madrid.

Los precedentes apuntan al blanco ante un Iberostar Tenerife que busca la sorpresa: desde 2008 no cae en cuartos un Real Madrid que está en un 21-3 total en su histórico de duelos ante el equipo tinerfeño, al que jamás se ha enfrentado en el playoff.

Hoy se disputan otros dos partidos, con el estreno del campeón, el Valencia Basket, retrasado a mañana. El Barcelona, arranca contra el MoraBanc Andorra, sueña con un doblete improbable antes de la llegada de Pesic y tratará de borrar su manchón de hace un año, cuando perdió en cuartos por primera vez desde 2005. Y en Vitoria se reabre un clásico de nuevo cuño en el baloncesto español: Baskonia-Unicaja. El playoffs ocho cruces, seis entre 2002 y 2008, con 5-3 para los vitorianos, que parten como favoritos.