Mumbrú: "Ha sido precioso poder acabar mi carrera aquí"
Emotivo adiós de Miribilla al capitán, al que ahora solo falta cerrar el círculo en Burgos, el jueves, y todo quedará pendiente de las gestiones del consejo para reflotar la nave
El último partido del Bilbao basket en casa acabó sobre las dos y media. Casi dos horas y media después Mumbrú fue liberado del afecto popular. Primero recibió el homenaje en la cancha y después fue atendiendo al grupo de seguidores que le esperaban en los aledaños de Miribilla, de su guarida este tiempo. Se emocionó y lloró, aunque no le gusta expresar sus sentimientos en púbico. Curioso en un jugador al que han escrutado miles de ojos durante esta targa travesía en el baloncesto mundial. A las cuatro de la tarde era una postal verle con todos sus seres queridos en el aparcamiento del recinto bilbaíno, ellos solos, al fin en el recogimiento para meditar todo lo que habían vivido. Las despedidas de Iniesta, Fernando Torres y Xabi Prieto paralizaron el país, pero en un rincón de esta jornada el capitán del Bilbao Basket arrancó su cuota de protagonismo. Como Savané en el Estudiantes. Ahora solo falta cerrar el círculo en Burgos, el jueves, y todo quedará pendiente de las gestiones del consejo para sacar la nave del atolladero. En principio no se advierte posibilidad de salir en LEB.
Muy difícil expresar lo que ha vivido...
Sí, no sé si me merezco tanto cariño, y hablo no solo por hoy sino por lo de todos estos años. No era la mejor manera terminar así, pero la vida tiene estas cosas, a veces te regala algo y otras te da un palito. Ha acabado con un golpe, pero tengo que pensar en los nueve años que he estado aquí. Y en mi carrera, ha sido precioso poder acabarla aquí.
El club al final no le hizo caso y le rindió un pequeño homenaje. ¿Barruntaba tanto cariño?
No, porque no esperaba nada. Lo dije honestamente, que era mejor no hacer nada, que fuera un partido más, que el club tenía que sentir lo que pasaba, pero ya que se ha hecho, se lo agradezco porque ha sido bonito, he sentido mucho cariño. Hemos pasado muchas y esta me la llevo para mí.
Hay que trabajar porque esto no se pierda y que siga habiendo baloncesto en Bilbao.
Es importante que la gente vea que hay diez mil personas que vienen continuamente al Bilbao Basket. Es un enfermo que se intenta recuperar pero si al final se necesita un poquito más para salir de todo, es necesario que todo el mundo vea lo que significa Miribilla, no solo para este barrio sino para Bilbao y Bizkaia, que el baloncesto es importante para la ciudad.
¿Qué es lo que más le emocionó?
No quería llorar, no me gusta que la gente vea mis sentimientos, pero al final te das cuenta cuando ponen el vídeo que has jugado con los mejores del baloncesto español, que, a parte son amigos. Parece que estás ahí viendo la tablet con diez mil personas, todos juntos, significa que has hecho las cosas bien durante muchos años y ahora nos toca devolver el cariño que me han dado.
¿Qué resumen hace en sentimiento de estos nueve años? ¿Orgullo, alegría o esta tristeza final?
Hay que quedarse con lo bueno. Si tuviera que quedarme con un momento, cuando competimos en la final de Liga, que eliminamos al Madrid tras hacerlo con el Valencia, aquel equipo era increíble, Éramos tal vez el mejor, durante tres años fuimos un superequipo y me quedo con cómo estallaba Miribilla cada vez que metías una canasta, era bonito...
Esto se acaba el jueves, ¿y después qué?
Me iré para casa, a Barcelona, y veremos qué es lo que pasa. Toca jugar un partido porque llevamos una afición detrás y esto no se ha acabado, y luego veremos el consejo cómo funciona y cómo se mueve todo para luchar para que haya baloncesto en Bilbao.