BILBAO BASKET 73 - MURCIA 82

Emotivo homenaje a Mumbrú en el adiós de Miribilla a la ACB

Aunque renunció a los agasajos, la grada se pobló con su dorsal número 15. El equipo tiró de orgullo con una afición entregada pero el Murcia se jugaba el playoff y se lo llevó.

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Miribilla tenía un cuerpo raro, en una matinal que suponía el adiós a 14 años de baloncesto ACB, media vida para algunos de los chavales que pueblan el recinto verde y amarillo. Yendo más allá, el Bilbao Basket tiene 18 primaveras y alguno ni había nacido cuando echó a andar. Había una atmósfera inusual; un sí pero no. ¿Parará por aquí la ACB el año que viene si Prat asciende y renuncia? ¿Habrá realmente baloncesto de élite en la capital vizcaína? Cualquiera lo sabe a estas alturas. Y luego estaba el homenaje al que renunció Mumbrú, pero que se empeñó el club en ofrecer, algo normal, porque no es un jugador más en la historia de la franquicia, es el que ha marcado toda una trayectoria, la del salto cualitativo. El partido parecía viajar por debajo de esos gestos que se fueron salpicando. Para empezar, la pista amaneció con dos 15 tatuados, el dorsal del capitán, como ocurrió con Raúl López en 2016 con su identificativa Ü. Unos cuantos se pusieron la camiseta conmemorativa con las dos letras AM entremezcladas y el 15. En la presentación arreció una salva de aplausos y algún pito. Y todo quedaba pendiente para el minuto 15, cuando se desplegaron cartulinas con el ¡Eskerrik asko Mumbrú! (Muchas gracias Mumbrú). Un grupo en tono irónico cantó 'Txipi quédate', en honor al que ahora es delegado de campo y que lleva toda su vida en el baloncesto vizcaíno.

Mumbrú estaba arropado por toda su familia: los cinco hijos como soles que ha traído al mundo (la pequeña, la última, casi recién salida del 'horno' se durmió sin advertir un día gigante para su padre), su pareja y su padre. El foco se fue poniendo gradualmente en los coros, en el fin de una era en Miribilla. "El año que viene volvemos otra vez", lanzaba la Peña Hirukoa. Y "Que bote, que bote Miribilla", "Esta hinchada nunca se rinde". A mal tiempo buena cara debieron de pensar y hacia el final del tercer cuarto empezaron los asistentes a hacer la ola. ¡Alucinante! Y en un tiro libre fallado por el protagonista Mumbrú, se abonaron al "MVP, MVP".

En el palco reían desenfadadas Itxaso Atutxa, presidenta del Bizkai Buru Batzar; Lorea Bilbao, diputada de Cultura y Euskera; y Oihane Agirregoitia, concejala delegada del Área de Juventud y Deporte, Javi Salgado, verdadera leyenda de esta ciudad, recibió su ración de cariño. En ese ambiente distendido, la gente ovacionó un tiro libre anotado por Thomas (antes se había respirado un cachondeo que no se respiraba desde Weis con el "uy" por rozar la canasta desde la línea fatídica) y este hasta reclamó la ovación como premio. Mumbrú anotó su primera canasta de la matinal sin entrar por la red; se la otorgaron los colegiados porque la barrieron ilegalmente. Así que como tal si primera cesta celebrada fue a los 27 minutos.

Un parcial de 0-11, ampliado luego a 2-19, resolvió la matinal en lo estrictamente deportivo. Sin querer hacer sangre con un club golpeado mortalmente por el descenso y su insolvencia económica, como el Baskonia una semana atrás, el Murcia demostró que era el único que se jugaba algo masticable en la tabla: sus opciones de playoff. Ya vivió la cara amarga con la derrota en la final de la Champions pero esto que le pasa al Bilbao es mucho más crudo. Navarro puso a sus hombres a jugar cerca del aro y ahí encontró el filón esperado. En seis minutos y medio solo empaquetó dos puntos y un triple de Oleson llevó la máxima cota para los visitantes: 36-54 a falta de 15:54. Una antideportiva inventada a Thomas complicó el asunto. Lakovic introdujo una novedad con una zona 1-3-1. No funcionó, pero sí la defensa de Hammink sobre Hannah y el orgullo de un equipo herido por mil ballestas, que estrechó el marcador con un 9-2 al inicio del último acto (63-68). La cosa no podía acabar sin la enésima salida de tono de Rojas: para que saquen de quicio al pacífico Salgado ya hay que ser follonero. Hasta incendió más un partido que su equipo tenía guardado en el cofre de las victorias. El RETAbet se puso a dos a -4:19. Lakovic hizo cambios de balonmano con Mumbrú en ataque y otro en defensa para cerrar su día de gloria. A 17 segundos para acabar, se retiró por última vez con la platea entregada. Se puso a llorar. Hasta ahí. Adiós ACB. Bilbao te adora. No tardes en volver.

"Han sido nueve años increíbles"

Acabado el partido, se desató una fiesta sin excesivo boato, a petición del protagonista, pero era obligada por la dimensión del protagonista. Se apagaron los focos y un gran cañón de luz quedó fijado en el dorsal 15. Por el videomarcador se lanzaron imágenes de momentos gloriosos en sus distintas etapas en la élite nacional. Se fue emocionando, y más Hervelle, siempre a su lado, en los momentos dichosos y los no tan felices. Le entregaron una txapela que se pudo calar a duras penas. Recibió mensajes de los Gasol (muy celebrados), Navarro, Calderón, Reyes, Jiménez, Chacho Rodríguez, Berni, Garbajosa, Salgado, Raúl López y Hervelle. "Alex Mumbrú, ídolo local", irrumpió la gente. Tras asistir a las imágenes, se fue a por algunos de sus hijos y uno le tomó el trofeo de lana. Cogió el micrófono como manda el protocolo: "No sé si me merezco tanto. Eskerik asko por estos nueve años increíbles, hemos estado en lo mejor y en lo peor, luchando mucho, todos, los diez mil, porque el Bilbao Basket esté en lo más alto. Nos toca otra final y tenemos que luchar todos juntos para que vuelva a haber baloncesto aquí". Siguió la relación de elementos para la nostalgia con el manteo y la vuelta de honor. Ya lloroso, dio un abrazo a su padre y beso a su mujer, y desapareció por el túnel de vestuarios para siempre. "Ha sido un jugador que se puede sacar el empadronamiento aquí, ha llevado a este club a jugar finales y Euroliga. Te cuesta creer que no vaya a haber Liga Endesa aqui. Se pierde una plaza muy de baloncesto, ojalá que vuelva pronto", resumió Ibon Navarro. Lakovic despidió: "Nos cuenta creer que se retira, enhorabuena, chapeau a nuestra afición. No hay palabras para describir a este público".

Jugada con la pista dedicada a Mumbrú

Cartulinas con el protagonista

Mumbrú durante la proyección

Mumbrú, manteado

El adiós del capitán

Pasillo de honor final con su familia