Si en la Final Four hay secretos que te conducen al éxito, solo los conoce Obradovic y no suelta prenda. Hace bromas acostumbrado al vértigo (17 fases finales ya), le lanza guiños a sus rivales, que son a la vez amigos. A Pablo Laso y Sarunas Jasikevicius los dirigió y Dimitris Itoudis fue su ayudante en el Panathinaikos trece temporadas. El técnico del Fenerbahçe y el Madrid tienen algo en común: ambos persiguen su décima Euroliga en Belgrado, que significa ciudad blanca.

Más allá de Zeljko, la única clave que se conoce es la de “volver para intentarlo de nuevo”. Y en esas están los dos clubes más grandes del baloncesto continental, los que apilan más Copas de Europa: nueve el Real Madrid y siete el CSKA de Moscú. Y también los que mejor han envejecido, con un presente acorde a su glorioso pasado.

El CSKA, favorito

El CSKA es el favorito en las apuestas, el campeón de la fase regular y el equipo más rico fuera de la NBA (36,7 millones de presupuesto), pero el Madrid tiene su espacio en los pronósticos y una inversión similar, más de 30 millones. Son contumaces en eso de “volver siempre”. Se critica al CSKA, presente en 15 de las últimas 16 Final Four, porque solo ha alzado tres títulos, uno cada cinco años. Pero la pegada del Madrid es similar: seis veces entre los cuatro mejores desde 2011 y un trofeo.

Por primera vez en lo que va de curso Laso tendrá la plantilla al completo salvo Kuzmic, bien reemplazado por Tavares. A Sergio Llull aún le queda para volver a ser él en todo y ­Facundo Campazzo llega muy justo. Pero arroparán a Luka Doncic para formar un trío de bases inédito y difícilmente igualable. Enfrente, un CSKA con Nando de Colo y Kyle Hines recuperados y sin ­Leo Westermann. Su potencia de fuego es bárbara: 89,2 puntos y 41,7% en triples. De Colo, Sergio Rodríguez y Higgins agrupan 45 tantos. Les dan cobertura interiores atléticos (Hunter y Hines) y aleros muy polivalentes, como Clyburn y Kurbanov. Difícil ubicarlos. Ya no es el equipo que más asistencias reparte, como cuando estaba Milos Teodosic. Ahora es un bloque más veloz y rompedor. El sello del Chacho, que se enfrentará a Llull por primera vez. Los Sergios coincidieron en 2006 en un Estudiantes-Manresa, aunque Llull cree que no lo hicieron en la pista.

Hay morbo a dos pasos del título. El Real Madrid encesta 3,5 tantos menos por noche, pero rebotea mejor y valora más que nadie: 102,6. Su juego interior parece superior, aunque en Moscú sufrió frente a la movilidad rusa: 33-11 acabó el primer cuarto. Los dos gigantes europeos rememoran batallas pasadas. El premio, uno gordo, la final.