Jasikevicius, un novato que ha ganado ya cuatro Euroligas

Sarunas Jasikevicius ostenta el honor de ser el único en haber logrado como jugador la Euroliga con tres equipos distintos. Se estrenó con el Barcelona en 2003 y después ganó las dos siguientes con el Maccabi (2004 y 2005). Tras su paso por la NBA (Pacers y Warriors), volvió a Europa para jugar en el Panathinaikos donde logró su último título europeo (2009). Obradovic estaba al mando.

Una leyenda en Europa que podría no haberlo sido. “No me tomé el baloncesto en serio hasta los 14 años”, reconoció el propio Jasikevicius en una entrevista hace años. Cuando tenía 12 a punto estuvo de aparcar su carrera y pasarse al tenis. Afortunadamente, su padre le convenció para que no lo hiciera.

Su madre Rita, internacional lituana de balonmano (incluso fue subcampeona del mundo), tuvo que renunciar a los Juegos de Montreal al quedarse embarazada. Perdió un oro y la opción de volver a jugar en el equipo, pero no se arrepiente de nada. Jasikevicius cuenta que su madre siempre le decía: “Mi hijo me devolverá los Juegos”. Jasikevicius se estrenó en Sydney 2000 y regresó con un bronce.

En 2014 decidió retirarse y pasarse a los banquillos. Comenzó de ayudante de Gintaras Krapikas al que sustituyó en la temporada 2015-16. El 13 de enero, el Zalgiris le confirmó como nuevo entrenador (se había hecho cargo del equipo de manera interina) y el pasado verano renovó a pesar del interés de muchos equipos, entre ellos, el Barcelona.

“Sé que será un gran entrenador y en el futuro uno de los mejores de Europa”, dijo sobre él Zeljko Obradovic, la primera vez que ambos se enfrentaron en los banquillos. Estudioso y algo hiperactivo, siempre fue uno de los tipos con más carisma en la cancha. Capaz de echarle una bronca descomunal a uno de sus jugadores (Arturas Milaknis) tras haber metido un triple ganador por no aguantar la posesión, pero también de defender a sus jugadores en rueda de prensa. Augusto Lima fue padre y Saras le dio unos días de descanso, a pesar de que el Zalgiris disputaba las semifinales de la Liga lituana. “Cuando seas padre entenderás qué es lo más importante”, le contestó a un periodista.

En sus primeros meses al frente del equipo, acabó con un balance de 2-10. El curso pasado a punto estuvo de meterse entre los ocho mejores tras una recta final impresionante (8 triunfos en 12 partidos) y en ésta ha sido el equipo revelación de principio a fin. Acabó sexto (18-12) y tumbó al Olympiacos sin ventaja de cancha para volver a disputar una Final Four 19 años después. A pesar del éxito, Jasikevicius quiere más. “Mi mejor momento como entrenador está por llegar”.