El Burgos logra la permanencia virtual ante el Gipuzkoa
Fischer metió un triple decisivo en un partido que los castellanos llegaron a dominar por 14. El Betis ya no puede coger a ninguno de los dos, los ascendidos el verano pasado.
El Burgos cimentó las semanas pasadas la victoria de hoy en el San Sebastián Arena 2016. Se le fue complicando la tarde a falta de cinco minutos (59-55), pero este equipo, el único que no ha cambiado de entrenador entre los que están en el infierno (y eso que empezó con 0-7), juega de memoria y ha adquirido tal confianza que sacó una victoria que le garantiza virtualmente la ACB el año próximo. El Betis, actual colista, no puede cazarle, y tampoco el Gipuzkoa, otro que acaricia la permanencia, aunque echó en falta a Norel, su jugador más ilustre y le castigó el 5/31 en triples. Y pese a todo, lo tuvo en su mano. Pero mientras los burgaleses tenían a Fisher para los balones calientes, los azules no encontraron el mismo acierto en Chery, su pistolero cuando la soga del reloj aprieta.
RESUMEN
Delteco Gipuzkoa Basket (8+15+24+15): Chery (5), Oroz, Swing (11), Fakuade (12), Agbelese (5)- cinco inicial-, Dani Pérez (6), Van Lacke (7), Salvó (4), Pardina (3), Beraza (2) y Clark (8).
San Pablo Burgos (18+16+17+20): López (7), Fisher (14), Gailius (4), Thompson (6), Huskic (2)- cinco inicial-, Scheiner (2), Saiz (9), Jenkins (17), Cancar (7), Vega (3), Martínez (-) y Barrera (-).
Arbitros: García González, Calatrava y Mendoza. Eliminado por 5 faltas: Fakuade.
Incidencias: 4.205 espectadores en el San Sebastián Arena 2016, con presencia de cientos de seguidores del equipo burgalés.
Porfi Fisac se temía lo peor y había ahuyentado toda relajación para este encuentro, pero sus jugadores no entendieron su llamada y fue el San Pablo, que se jugaba media Liga en este encuentro, el que se lo tomó mucho más en serio y dominó el marcador en el primer cuarto. El técnico local no dio con la tecla en su alineación inicial, con un quinteto que sólo marcó tres puntos en diez minutos. El Burgos se fió de Fisher para ir haciendo camino y el 9-18 del primer cuarto condicionó en gran medida el choque. Jenkins, máximo anotador del partido, fue crucial para abrir brecha. Un parcial de 0-10 y, ale-hop, una ventaja de 14 puntos que es lo que faltaba a este equipo que se ha construido una coraza y parece un guerrero indestructible comiéndose rivales. La magia les invade, como al Joventut, y ambos han revolucionado el pozo de la tabla.
El encuentro se fue igualando en la parte final porque en el tercer cuarto el GBC sacó ese orgullo que ha imprimido en la muñeca de cada gladiador Fisac. En el final parejo, el más listo se lo llevaría. Fakuade y Saiz dieron un clínic de rebote ofensivo. Álex López desmintió su estadística. Llevaba un 1/8 en tiros de campo pero leyó muy bien una jugada clave y en una entrada a canasta estiró perfectamente el brazo para hacer una bandeja (62-66 a falta de minuto y medio) y esquivar el tapón de Dani Pérez, al que algo antes le robó un balón que valía su peso en oro. La jugada clave, cómo no, llegó de la mano de Fisher, un base de esos que parecen pesados, que llevan una mochila pegada al culo, con la cabeza alta y que generan diabluras desde el bote. Con el reloj de posesión a punto de expresarse, registró todas las posibilidades y mientras Saiz le prestaba un bloqueo directo a su derecha ejecutó un triplazo con el brazo de Oroz estirado para tratar de molestarle. Punto final.
La afición burgalesa en sí merece la permanencia. Otra vez dieron colorido, en un pabellón que visitaron en la LEB el curso pasado. Ambas hinchadas se dedicaron cánticos recíprocos cariñosos al final. ¿Qué pensarán al ver semejante estampa las cabezas que echaban humo tantos años impidiendo los ascensos?