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RAPTORS 114 - WIZARDS 106 (1-0)

¡Fin a la maldición! Wall cede ante Ibaka (23+12) y el banquillo

17 años después, los Raptors vuelven a ganar un 'Game 1'. Casey elogió el papel de Ibaka ante las dobles defensas a Lowry y DeRozan. Atasco final de los Wizads.

Serge Ibaka y Jonas Valanciunas celebran una canasta de los Raptors en los playoffs 2018.
Serge Ibaka y Jonas Valanciunas celebran una canasta de los Raptors en los playoffs 2018.Dan HamiltonUSA TODAY Sports
NBA

Los Raptors respiran aliviados. Casi 17 años después y tras un 0-10 en contra desde entonces, volvieron a ganar el primer partido de una eliminatoria de los playoffs. Serge Ibaka es uno de los principales artífices de que la maldición haya llegado a su fin. El hispanocongoleño cuajó un extraordinario partido: 23 puntos que igualan su segunda mejor marca en la postemporada y 12 rebotes en 33 minutos que desarmaron el plan de los Wizards. Scott Brooks, con la mente puesta en la poca fiabilidad mostrada por Kyle Lowry y DeMar DeRozan en ocasiones similares y de máxima exigencia, ordenó retirar el balón de las manos de esta pareja de all stars.

Hace un año seguramente se hubiesen obcecado y hubiesen forzado en exceso, tomando malas decisiones. No obstante, si esta temporada los Raptors son otros y llegan por primera vez en su historia como líderes del Este también se debe a la evolución y madurez de ambos. "No hay que obcecarse y sí hacer otro tipo de jugada. Eso es lo que Kyle y DeMar, al contrario que en años anteriores, han estado haciendo durante este. La pasada temporada habrían sentido la presión de tener que anotar. Se habrían puesto todo el peso sobre sus hombros. No he percibido eso esta noche", destacó Dwane Casey.

Con la defensa capitalina completamente centrada en ambos, con constantes dos contra uno, supieron encontrar a la perfección al resto de sus compañeros. En el primer cuarto (28-23) llegaron a contar con 10 puntos de ventaja pese a que DeRozan y Lowry con 5 y 4 lanzamientos intentados en su cuenta. Pero entre el rookie Anunoby, Valanciunas e Ibaka aportaron 21 tantos. Una circunstancia que, sobre todo, leyó a la perfección el internacional español. Wall se fue calentando (al descanso sumaba 13 puntos y 10 asistencias, 23 y 15 al total) y la aportación de Mike Scott, el único reserva visitante a destacar (pese a la suspensión a Meeks, Brooks no dio entrada a Ty Lawson), impulsaron a los Wizards, que se pusieron por delante mediado el segundo acto y no cedieron la ventaja hasta pasado el descanso.   

Cuando peor lo pasaban los dinosaurios y en el ambiente empezaba a asomar el fantasma de los Game 1, apareció la muñeca de Ibaka para romper el entramado defensivo rival. Un trabajo que Casey no pasó por alto. "Siempre he pensado que Serge iba a ser el factor X cada vez que Lowry y DeRozan sufriesen dobles defensa. Su tiro de tres puntos es enorme. Es uno de los mejores tiradores grandes, sino el mejor, de la Liga", le alabó su técnico.

La segunda parte estuvo más igualada, hasta que el banquillo local hizo de las suyas. La intensidad atrás de los Poeltl, Siakam, Nogueira, Wright (18 puntos), Miles (12) y su acierto en el último cuarto (22 —de los 42 tantos totales— puntos sumó la segunda unidad, por los 21 de Washington al completo) inclinó la balanza del lado local. Wall falló varias penetraciones y Beal (19 en 8/17 en tiros) no embocó varios tiros abierto que impidieron poner el susto en el cuerpo a Toronto. Ibaka y su profundidad de plantilla pusieron fin a la maldición para alegría de un desatado Air Canada Centre. 

Los highlights de Serge Ibaka