Gladness, el hombre capital bajo el aro del Bilbao Basket

Mickell Gladness es un jugador de esos que ves y dices: "¡Guau, qué pívot!" Un 2,11, largo como un día sin pan, con dos brazos como de aquí a Lima y de aspecto fiero. Lo siguiente es preguntarse: ¿cómo alguien así viene de la endeble liga estonia o ha caído en un club con tan pocos recursos económicos como el Bilbao Basket? Pues porque le falta mucho para generar juego por dentro y su faceta como reboteador e intimidador se ve mermada por la velocidad con la que se carga de faltas. "Es mi primer año en esta Liga y ves que nunca estás salvado del todo. Cuando empiezas a perder partidos te pones presión a ti mismo y es lo que nos está pasando toda la temporada", admite el jugador de Alabama. Confiesa tras una pausa para meditarlo que el mejor jugador al que se ha enfrentado en esta etapa en la más competitiva liga europea es Tomic. Y es consciente de que su importancia en el RETAbet es capital, porque está en un equipo sin centímetros ni intuición para el rebote. "No sé si las faltas que me caen están bien pitadas o las merezco, no puedo hacer mucho. Sé que soy importante en defensa y si recibo tres faltas pronto ya no puedo jugar tan agresivo".

Según va pasando la temporada demuestra que es un jugador irregular, y no lo niega, "es como una montaña rusa". Se va a acabar la temporada y nadie en Miribilla puede decir a ciencia cierta si Gladness es un cinco para la ACB o no. Se fueron McKay y Kempton, dos absolutos fracasos en la posición, y hará las maletas este hombre como una gran incógnita. "No he enseñado todo lo que tengo -reconoce-. Sí hay partes de mi juego por ver; mentalmente se me hace duro a veces, otras dependen de la química con el grupo. El equipo no está bien, estoy teniendo oportunidades, pero no depende solo de mí".

Además, no deja pasar la oportunidad para elogiar ese infierno de Miribilla venido a menos, un hornito a media llama digamos. "La atmósfera es fantástica, incluso cuando perdemos nos apoyan, algo que no todos tienen, agradezco a los que siguen viniendo a los partidos, aunque no estamos bien y hemos perdido unos cuantos; en otras canchas no tienen el mismo apoyo ni aunque jueguen mejor". Lo más inmediato ahora es el Tenerife de Katsikaris y Vasileiadis (se va a caer el campo para ovacionar el retorno de este). "Los próximos partidos espero ganarlos, juntarnos, hacer piña", avanza Mickell.

Lo del Príncipe Felipe el domingo fue para preocupar seriamente. "Tras venir de ganar al Betis, con un buen partido pese a la presión, la derrota de Zaragoza fue muy dura. Tenemos que ser fuertes y estar duros al calor de nuestros fans. No estamos bien, dependemos de la química que tengamos en el equipo, tenemos que estar juntos; todos sentimos la presión, no sólo de la prensa y los aficionados. Si supiéramos cómo juntar las piezas sería más fácil", explica el pívot del RETAbet. 

Por su parte, Redivo en tono triste, analizó: "En Zaragoza nos costó desde el principio. No pudimos alcanzar dos victorias seguidas y tenemos que empezar de nuevo". Vuelve a hablar de una final "y tenemos que jugar como contra el Betis, con esa mentalidad, algo que nos faltó en Zaragoza, hay momentos de mucha desconcentración y nos hacen un parcial que nos saca del juego; en ataque podemos fallar pero atrás tenemos que borrar esos baches". Es otro jugador que va y viene en esta liga en la que es un debutante. "Es difícil y me está llevando cierto tiempo la adaptación. Tenemos que sumar entre todos, estas todos juntos y escuchar al cuerpo técnico y a los veteranos".

En la sesión de hoy en Miribilla se ha podido ver a Todorovic moverse con muletas, con el pie derecho como una bota, vendado. Se pierde los dos próximos partidos (Tenerife en casa y Estudiantes fuera) seguro.