VALENCIA 96 - REAL MADRID 88

El Madrid cae en Valencia y se queda sin colchón para ser cuarto

Los blancos naufragaron en defensa ante un Valencia muy compacto y efectivo. Dubljevic y compañía superaron a un heroico Campazzo y a un acertado Taylor.

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La victoria en Milán la jornada pasada dio aire al Real Madrid en la Euroliga, oxígeno puro que le quitó de golpe este martes el Valencia Basket. Pese al traspié, los de Laso lograron la clasificación matemática para el playoff de cuartos. Un formalismo que se consumó después de la derrota del Maccabi en Estambul. Sin embargo, la cuarta plaza, la que otorga el factor cancha y lo que de verdad estaba en juego, se ha complicado bastante. El Real se ha quedado sin colchón: debe ganar sí o sí al Zalgiris este jueves, ya con Doncic recuperado, en un duelo más que directo. Y es probable que también en las dos últimas jornadas al Estrella Roja en Belgrado y al Bamberg en el Palacio. Pero eso dependerá de lo que hagan sus rivales.

Campazzo y los buenos momentos de Taylor no le bastaron en Valencia frente a un adversario distendido que le hizo naufragar en defensa. Encajó 96 puntos y transmitió una endeblez casi constante. Fue permeable atrás. Falló en el uno contra uno y en las ayudas, no dio sensación esta vez de bloque competitivo, de moverse todos a una.

Tan poco se jugaba el Valencia Basket (nada), que le salió un partido redondo. Empezó suelto, cómodo, sin ese agobio clasificatorio que a veces lastra, aunque con ansia de victoria, con ganas de agradar a la Fonteta. Dubljevic abrió la velada con un triple y Pleiss cerró el primer cuarto con otro (22-21). En medio, dos seguidos de Rafa Martínez (15 de 30 al final). Precisión tras buena movilidad previa, de sus jugadores y del balón, y dominio del rebote, que lo hace todo más fácil. El Madrid cargaba de salida sus ataques sobre Carroll mientras que atrás Tavares intimidaba (dos tapones), pero le faltaba chispa como grupo. La entrada de Ayón por Tavares le abrió al Valencia un camino que no existía hacia el aro blanco. Dominio local pese a las estrecheces en el marcador.

Campazzo resultaba imprescindible, aunque le tocó descanso (el único del partido) mediado el segundo cuarto con ocho abajo 34-26. Volvió a los cuatro minutos con nueve de desventaja (42-33). La presencia de Reyes había frenado ese pasillo a canasta que los de Vidorreta supieron aprovechar antes, aunque Dubi cerró la primera parte con canasta bajo al aro: 46-40.

El arranque del tercer cuarto resultó decisivo para el desenlace. La fuerza de Dubljevic, el empuje de Van Rossom y la aparición de Green elevó la brecha a un +13: 55-42. El Madrid empezó a dominar el rebote, lanzaba mejor de tres, pero su rival nunca se detuvo. No supo pararle. Dos triples de Vives contrarrestaban el vigor y acierto de Taylor. El sueco llevaba 17 puntos y ya no sumaría más. Su paso entonces por el banquillo le cortó la racha. El único pero: su poco tacto para dejar las bandejas, algunas vitales.

Lesión de Ayón

Ya en el último acto Ayón se torció el tobillo izquierdo y se fue a los vestuarios a la pata coja. Justo después el Madrid redujo a cinco la diferencia (80-75) a 3:40 de la bocina. Sin Randolph, pero con Thompkins, que le mejoró mucho, al menos en ataque. En la acción siguiente Green la clavó de tres e inmediatamente Sastre le hizo una antideportiva a Tavares que se saldó con los dos tiros libres errados y una pérdida de Taylor.

De ahí al final intercambio de canastas en aluvión, pero intrascendentes para el rumbo del duelo. Un Campazzo heroico (17 puntos, 12 asistencias y 29 de valoración) frente a un adversario que fue más equipo, con Van Rossom, Rafa Martínez, Sastre y Pleiss a gran nivel para arropar a Dubljevic (17 tantos y 7 capturas). El líder taronja, el rocoso montenegrino, acabó incluso atacando con éxito a Tavares. El Madrid se la jugaba, pero perdió y naufragó en defensa. Al Valencia le daba igual, pero ganó sin San Emeterio y sin Latavious Williams y con diez jugadores anotando al menos un triple. De récord. El domingo volverán a chocar de frente, ahora en la Liga, con cambio de escenario y con los de Vidorreta más exigidos.