Xavi Rabaseda cumplió el sábado 29 años. La información no tendría nada especialmente relevante de no ser porque el evento ha servido para demostrar el buen rollo que reina en el vestuario de la Selección. A Rabaseda le empezaron a cantar el cumpleaños feliz de camino al aeropuerto de Minsk, en el avión hacia Zaragoza…, y todavía se lo cantaban ayer cuando habían pasado horas y mientras la Selección se hacía fotos con los voluntarios que hoy ayudarán a que todo esté a punto en el pabellón Príncipe Felipe. “Me lo habéis cantado mil veces pero todavía no me habéis regalado nada”, se quejaba el alero para seguirle el rollo a sus compañeros. Con Fran (por cierto, su hijo Aitor no faltará hoy a la cita hoy vestido con la camiseta del padre) y Sergi Vidal como líderes espirituales, el grupo creado por Scariolo ha cuajado y, como tantas otras veces en la Selección, es más que un equipo.

Hay costumbres, además, que trascienden a los jugadores. El viernes, de las entrañas del vestuario de España salía, después del sufrido triunfo en Minsk, la música de Bongo Botrako. El Todos los días sale el sol que se convirtió en grito de guerra de la Selección en el Eurobasket de 2011 como homenaje a Felipe Reyes, que había perdido esos días a su padre.