IBEROSTAR TENERIFE 59- R. MADRID 77
El Real Madrid peleará por su quinta Copa seguida
El equipo madrileño rompió al Iberostar Tenerife tras el descanso. Doncic y Rudy, fundamentales. El domingo se medirá (18:30, #0) al ganador del Gran Canaria-Barcelona.
El Iberostar Tenerife hizo mucho y el Madrid poco de inicio, pero la pegada blanca estrechó diferencias hasta que la maquinaria arrancó. Y una vez en marcha, el combate resultó desigual: 21-40 en la segunda parte con una defensa aniquiladora, Rudy brillante y Doncic esta vez en capitán general (17 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias, 4 robos y 28 de valoración). Imposible abatir al Madrid con un ¡2 de 21! en triples. Ni siquiera intentarlo. La era Laso sigue devorando kilómetros, 17ª victoria en 18 partidos y quinta final seguida. Cifras de otra época.
El Iberostar lo bordó en la primera parte. Si acaso, se le puede poner una objeción, pero una grande en el baloncesto moderno: los triples. El Madrid, en cambio, firmó uno de los arranques ofensivos más flojos del curso. Ninguna asistencia en 11 minutos, apenas tres al intermedio y 5 al final (todas Doncic). Nadie ganaba en la Copa así desde el año 2000. Dirán, blanco y en botella... pero no fue leche.
Del 26-17 del minuto 13, al 36-37 tras acción individual de Doncic. Ventajas de ser pez grande, que con coletazos de fuerza remontas mejor la corriente. Y eso es lo que hizo el Real para frenar a un rival que jugaba como nunca, o cerca de hacerlo. Los blancos pasaron de avergonzarse de su 3 de 18 en el tiro (1 de 11 en triples, 9%), al arrancar el segundo cuarto, a meter 11 de 17 (cuatro triples). Rudy ejerció de desatascador y luego vino la racha de rigor de Carroll (dos canastas y un triple en 60 segundos).
Reyes no podía con Fran The Man Vázquez (10 puntos en el segundo acto, 16 en 10 minutos en pista), aunque el Madrid sujetó mejor al Iberostar. Tobey también le había hecho daño a Tavares buscándole la espalda cuando salía a las ayudas. Los pívots aurinegros dominaban aún los rebotes.
En el tercer cuarto, el Madrid agarró el mando. Defensa interior ajustadísima que destrozó al rival, control de los rechaces y un ataque con ritmo aunque no era el día de los francotiradores (Thompkins, que percutió bien dentro, acertó a la séptima). El quinteto formado por Campazzo, Rudy, Doncic, Thompkins y Randolph de cinco funcionó: 3-16 en cinco minutos y 49-64. Game Over, leímos en pantalla. El Iberostar hizo bastante, pero no le dio. El Madrid, a la final. La quinta seguida.