¡Asesino! Curry (49) se lleva un duelo maravilloso ante Irving (37)
En uno de los mejores partidos de la temporada, Stephen impuso su calidad en los minutos finales. Los Celtics pelearon de tú a tú con los Warriors.
No defraudó el Warriors-Celtics. Todo lo contrario. Ante los problemas que atraviesan los Cavaliers (veremos qué sucede de aquí al cierre del mercado), ya hay quien sueña con que ambos equipos vuelvan a verse las caras en junio. Con unas Finales entre ambos. Al margen de conjeturas, el partido de este sábado en el Oracle fue propio de una eliminatoria por el anillo. Emoción, intensidad, calidad, acierto... y dos pedazo de jugadores protagonizando un duelo maravilloso. Stephen Curry se fue hasta los 49 puntos (su mejor marca del curso) gracias a su 8/13 en triples. Lo de toda la vida, vaya. Por su parte, Kyrie Irving sumó 37 tantos en una actuación magistral que le refuerza como uno de los mejores jugadores de esta Liga. Encendidos ambos en los minutos finales (LeBron James, como todos, disfrutó como un enano), el dos veces MVP impuso su ley. Boston, abrazado a su eterno orgullo, nunca bajó los brazos. Nada que reprochar. Pero los Warriors se llevaron una obra maestra (109-105) porque en sus filas cuentan con un hombre que en ocasiones no parece de este planeta. Tan fácil como eso.
Con empate a 95 ya dentro de los dos últimos minutos, Curry agarró el rebote en defensa, cruzó el campo y a unos 8 metros se plantó, levantó y clavó el triple. ¡Bingo! En la posesión siguiente, tras un tapón de Draymond a Kyrie (poco antes Durant le había colocado otro a Horford igual de importante), encontró el hueco en la zona para dejar una bandeja y el 100-95 en el marcador a 1:08 de la conclusión. Desatado, lo celebró con pasión ante una grada rendida a su héroe. Los Celtics, con un par de picotazos de Irving y un triple postrero de Terry Rozier, evocaron el milagro (105-104 con 8 segundos por disputarse). Reacción valiente. De equipo grande. Pero a don Stephen no le tembló el pulso y selló el triunfo número 40 de su equipo en la temporada desde la línea de tiros libres. El dos veces MVP decidió el partido anotando 13 de los 15 últimos puntos de su equipo y superando él solito a su rival en los últimos 4 minutos (13-12).
Este fue el desenlace de un duelo cumbre. Los Warriors se cobraron la revancha de la derrota sufrida en Massachusetts en noviembre, si bien las tornas se cambiaron al inicio. Esta vez fueron los verdes quienes aceleraron al inicio. Haciendo gala de un tremendo acierto, especialmente inspirados se mostraron Irving y Jaylen Brown (no fallaron ni un solo tiro de campo en el primer cuarto para conseguir 14 tantos por cabeza), cerraron ese primer asalto con una renta de 10 puntos (24-34). A falta de la inspiración de sus estrellas, los Warriors también recurrieron a su defensa para equilibrar la contienda (50-54 al descanso). Tras el paso por vestuarios, Curry salió con la chistera puesta. Había llegado el momento del show. A duras penas, Boston salió vivo de la exhibición (83-73). Una desventaja que Stevens —pocas veces se la ha visto tan feliz después de una derrota— pulió manteniendo en pista a secundarios como Larkin, Theis y Marcus Morris.
Igualadas las fuerzas, los focos volvieron a señalar a los dos protagonistas principales. Warriors y Celtics estuvieron cómodos de subirse a la espalda de Curry y Kyrie. También la NBA. Hasta Kevin Durant (20+9) para él. "En momentos así, simplemente tienes que relajarte y disfrutar del espectáculo", concedió sobre el alegato final del dúo de bases. Un toma y daca que, ya saben, se llevó Stephen para recordarnos cómo, antes de la llegada de KD, estos Warriors se convirtieron en lo que hoy son. En definitiva, una oda al baloncesto que quizá volvamos a disfrutar en las últimas semanas de la primavera...