El Valencia pierde a Van Rossom pero tira de orgullo y gana
El belga cayó mal tras una entrada a canasta y notó un chasquido en la espalda. Fue retirado en camilla. El Valencia, con sus cuatro bases lesionados, se rehízo y venció al Khimki.
Valencia Basket por fin disfruta la Euroliga. Ha dejado atrás esa racha de derrotas que le atenazó durante meses y cada vez es más equipo. Pese a las lesiones. Hoy ha sumado una más, la de Van Rossom, que salió en camilla del pabellón. Los taronjas vuelven a exhibir el juego coral que le llevó a ganar la Liga Endesa el curso pasado. Consiguió la séptima victoria en La Fonteta ante un equipazo, con americanos de lujo y un extraterrestre como Shved, que anotó 22 puntos. Tibor Pleiss destrozó a los pívots rusos, con 15 puntos y 9 rebotes. Van Rossom también estuvo, hasta que se lesionó, extraordinario en la dirección. Y Green, esta vez sí, fue decisivo en el último cuarto con puntos y defensa, como Txus Vidorreta le pedía.
Valencia y Khimki vieron el aro como una piscina de inicio. De las primeras seis canastas, cinco fueron de tres. Y la otra un palmeo de Pleiss tras un tiro de tres de Doornekamp. Los taronjas empezaron apoyados en Rafa Martínez y Pleiss. Así, alcanzaron la máxima renta (18-11, min. 7). Pero los rusos respondieron con un parcial de 2-11 (dos triples de Shved). Un triplazo de Green y un mate estratosférico de Gill pusieron el colofón al primer cuarto (23-24).
Honeycutt cogió el testigo de Shved y empezó a ametrallar el aro taronja, en el segundo cuarto. 12 puntos anotó el americano en este periodo. A su recital respondió Valencia con un juego coral, cada vez más engrasado. Abalde, Sastre, Pleiss, Will Thomas, Van Rossom… incluso el imberbe Hlinasson se sumaba a la fiesta. La Euroliga es otra cosa. Pero el Valencia Basket cada vez se parece más al que maravilló el pasado curso. Y eso que en el banquillo de lesionados aún hay cinco jugadores. Gill anotó, calcando la pizarra de Bartzokas en la cancha, a falta de 4 segundos para el descanso (46-44).
Las tornas cambiaron en el tercer cuarto. Valencia y Khimki apretaron una vuelta de tuerca en defensa. Los taronjas se apoyaron en Pleiss, que hacía mucho daño en la pintura. Los rusos, en Anderson y siempre en Shved. Con el marcador igualado llegó la zozobra. Van Rossom encaró el aro con valentía… Y Markovic, cambió los aplausos de ex por pitos, con una falta muy sucia. Van Rossom se fue en camilla. Con el susto en el cuerpo (el belga notó un chasquido en la espalda), el duelo cambió. La grada, enfadada por ver a su ídolo salir con los pies por delante, se encendió y la tomó con Markovic y el Valencia, otra vez sin base, sacó la raza. Shved anotaba de tres. Doornekamp contestaba de dos. Otra de tres del ruso. Contestada por Green, partidazo. Un triple de Monia puso arriba a Khimki. Hlinasson puso el 63-64, con un cuarto por jugar.
¡Y qué cuarto! La cosa empezó con un 3+1 de Green que acabó de encender la traca en La Fonteta. Shved seguía a lo suyo pero Abalde cogió el testigo de Van Rossom y empezó a anotar y a asistir. Dos canastas seguidas de Doornekamp y Pleiss dieron un pequeño colchón a los locales (77-71, min. 34). Todorovic y Jenkins redujeron pero Sastre y San Emeterio volvieron a estirar el chicle (81-75, min. 37). Honeycutt volvió a emerger con un triple y ahí Green se hizo muy grande con una canasta de crack y un robo que acabó en una bandeja de Abalde. Con 85-80, a falta de 50 segundos, San Emeterio metió una canasta ganadora pero al final los árbitros consideraron que estaba fuera de tiempo. Shved falló el triple, en la siguiente jugada, pero Thomas cogió el rebote y anotó Markovic. El Valencia agotó la posesión en el penúltimo ataque pero forzó una falta a Shved, quedando dos segundos, que suponían dos tiros libres que no le servían a los rusos. Tiró a fallar el segundo pero Pleiss agarró su noveno rebote.